Cuando visitemos este lugar no es fácil adivinar lo que aquí había hace más de 100 años. A la vista de las ruinas actuales resulta impensable imaginarse que el lugar era un hervidero de agüistas venidos desde diversos puntos de la Península e incluso de fuera de ella para disfrutar de las cualidades minero medicinales de estas aguas.
El balneario de Villa Buenos Aires – Aguas del Lérez
A principios del siglo XX, D. Casimiro Gómez regresaba de Argentina con una gran fortuna después de haber emigrado con tan solo 15 años y con la intención de invertir parte de ese dinero (100.000 pesetas) en un gran complejo turístico que de aquella estaba en época de esplendor. Su idea fue construir un gran balneario aprovechando las aguas termales de las orilla del Lérez, en Monte Porreiro y así creó un buen establecimiento hotelero en 1906 con todo lujo de detalles y con las más modernas instalaciones.
Para ello adquirió una gran finca de 80 ha con un gran bosque para disfrute de los bañistas. Incluso el río era en parte navegable y eran muchos los que se decidían por paseos en barca y paseos por la orillas del Lérez. El lugar llegó a ser un gran centro cultural y de referencia termal en toda la comarca.
Eran dos los manantiales que aportaban las aguas medicinales al balneario, el de «Monte Porreiro» y el de «Aceñas» y las mismas fueron declaradas de utilidad pública el 15 de noviembre de 1904. Sus «Aguas Lérez» llegaron a ser comercializadas en Argentina e incluso en Gran Bretaña.
El comienzo de la 1ª Guerra Mundial truncó el final feliz de este tipo de instalaciones y el empuje de las playas posteriormente fue creciendo en detrimento de las aguas medicinales. Durante la guerra civil española las instalaciones que se conservaban fueron totalmente destruidas y hoy no podremos ver casi nada. Junto al paseo existe otra fuente que se cubre con una bóveda y arco de medio punto que recuerda a una construcción del siglo XIX o incluso anterior.
Hoy en día tan solo queda en pie en el edificio que albergaba la surgencia de uno de los manantiales. Su estado es de ruina, a pesar de que recientemente la zona sufrió un pequeño lavado de cara y fue pintado y creado a su lado un pequeño área de recreo. Son aguas de mineralización fuerte, cloruradas sódicas, fluoruradas, litínicas y frías (15ºC) con implicación termal. Están especialmente indicadas para el tratamiento del reuma y la artrosis.
El balneario se localiza en la Senda del Lérez, muy cerca de la estación de bombeo del Lérez, por debajo de Monte Porreiro y en frente de San Benitiño.