Puente de Noceifas

A Ponte Romana – Ponte do Couto o de Noceifas

En Galicia existe la costumbre de nombrar como «romanos» a aquellos puentes cuyo origen se pierde en la memoria. Por ello veremos en multitud de guías turísticas y folletos municipales la existencia de un gran número de «puentes romanos». Sin embargo son muy pocos los que sabemos que mantienen algo de esa estructura milenaria. Bien es verdad que muchos caminos medievales siguieron los pasos de vías galaico-romanas y a buen seguro aprovecharon estructuras ya existentes anteriormente.

Pero las dimensiones e importancia de estas vías no era vital para el Imperio romano por ello es difícil que encontremos importantes construcciones en estas vías de carácter secundario y mucho menos que se hubieran mantenido cientos de años. La construcción de buenos puentes requería una buena inversión económica, abundante mano de obra y obligatoriamente la presencia de ingenieros. Los pocos que quedaron fueron modificados a través de los siglos y poco o nada queda ya de su origen.

En el siglo XVIII existió un gran comercio rentable entre las zonas productoras de vino de O Ribeiro con las comarcas burguesas del norte de Galicia y de la costa de las Rias Baixas. Por ello existió una gran inversión en estas vías y en su mantenimiento. Los arrieros que provenían de Crecente es probable que aprovecharan el valle del Ribadil para su acceso al norte de esta Comarca da Paradanta.

La parroquia de O Couto en A Cañiza es atravesada por el río Ribadil, afluente del Miño. Es aquí, en Noceifas, en el lugar de A Ponte, donde aún se conserva uno de esos puentes que incluso el concello de A Cañiza considera como romano.

La toponimia existente en los alrededores nos avisa del paso de alguna vÍa que seguramente uniera Crecente con A Cañiza. Ejemplo de esos topónimos en los alrededores son A Corredoira, A Costoia, A Encrucillada…

Desconocemos su datación pero por sus características nos atreveríamos afirmar que se trata de un puente deciochesco. Consta de un solo arco y su rasante es en forma de lomo de mula. Cuenta con tres aliviaderos que parecen haber añadidos a posteriori a causa de una probable modificación del cauce del río destinada a alguna actividad molinera y de riego.

La existencia de un núcleo de viviendas de origen centenario (hoy modificadas) junto al puente es lo único que nos podría hacer pensar en un pasado medieval ya que es una característica de muchos puentes de aquella época.