Baterías de O Pieiro

Baterías de O Pieiro – Ruinas Militares

EL Golfo Ártabro era una de las bahías mejor defendidas de Europa durante los siglos XIX y XX. Para evitar ataques de piratas y países hostiles a la Corona contra la base naval de Ferrol se artilló todo el golfo, con atención especial a la Ría de Ferrol.

Túneles

A partir del siglo XX, las fortalezas de San Felipe y de la Palma era posible torpedearlas desde muy lejos, con lo que se llevó a cabo un plan especial para artillar la ría dejando obsoletos los fuertes nombrados. Así, durante la primera mitad del siglo XX fueron muchas las instalaciones creadas para evitar y defender cualquier ataque extranjero.

Unas de las nuevas baterías e instalaciones fueron dispuestas en la parroquia de Doniños, en el Monte Novo (221 m) en O Pieiro. Allí, además del observatorio meteorológico del Monte Ventoso se construyeron una serie de túneles y diversas dependencias para el mantenimiento de los cañones Vickers Armstrong de 38,1 centímetros de calibre modelo 1926.

Estas instalaciones de la Batería de O Pieiro se edificaron entre 1928 y 1936. Hoy en día todas están abandonadas y corren riesgo de derrumbe por lo que se hace muy peligroso recorrer los túneles. Podremos ver los engranajes para la colocación de los antiaéreos y cañones que vigilaban el cielo y el horizonte, así como diversos restos relacionados con la munición. También es posible llegar al viejo edificio de telemetría mediante estrechos pasillos.

Los cañones de acero de la batería de Pieiro casi centenarios fueron conservados hasta el final del siglo XX cuando en el año 1997, incomprensiblemente fueron vendidos para convertirlos en chatarra.

Hacia Cabo Prior Grande y en la ladera NE podremos ver varios emplazamientos más y túneles para proyectores de luz.


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Localización – Mapa

1 comentario en “Baterías de O Pieiro – Ruinas Militares”

  1. Los que fuimos artilleros, jefes de pieza, cañones y vivimos en estas baterías un tiempo, cuidándolas y haciendo ejercicios de tiro, sentimos dolor y frustración por el abandono que dio lugar al vandalismo y la pérdida de unas instalaciones que tienen su historia. Si eran obsoletas, el camino para su eliminación no fue el más adecuado. Documentarlas, estudiarlas, elaborar archivos, fotografías, explicaciones técnicas hubiera sido el camino y no el acabar vandalizándolas.

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