El flanco norte del castro do Alto da Medoña, en Saiáns, también conocido como Castro de Estea, se encuentra protegido por un profundo foso defensivo cuya ladera se confunde con el valle formado por el Rego do Charco o Rego de Estea. Este pequeño río fue aprovechado desde épocas inmemoriales, ya que junto a él se encuentra una serie de molinos naviculares en una roca próxima al conjunto de molinos que nos ocupa.
Además de estos también tenemos una serie de cuatro molinos de agua situados muy próximos entre sí.
Se encuentran en mal estado, aunque tres de ellos conservan parte de sus muros. En uno de ellos destaca una piedra junto a su puerta con un grabado en donde se representa una cruz sobre una peana, grabado utilizado en muchos sitios, como hórreos y este tipo de molinos y es relacionado con la protección del pan. En el caso de pequeños ríos de poco caudal, como el caso del Rego de Estea, los molinos solían ser de tipo cubo. Río arriba se localizan tres presas artesanales para el embalsamiento del agua y así obtener el caudal de agua necesario para el funcionamiento de los molinos que era conducida hasta estos por una levada. El cubo servía para que se llenara y así crear más presión para mover el “rodicio” y la “moa”.
Los tres molinos recibían el nombre de Muíño Grande da Presa de Riba, de Cambés y de A Delfina. El primero de ellos se encuentra junto a una roca donde existen otro tipo de molinos mucho más antiguos, concretamente separados en el tiempo unos 6500 años. Río abajo hay otro molino del que solo se pueden ver sus cimientos bajo una densa vegetación.
