Cuando vemos las imágenes de esta fervenza podríamos pensar que se encuentra escondida en medio de una gran sierra, en un lugar virgen. Pero, no. Su ubicación se localiza en el concello más populoso de Galicia, concretamente en la parroquia de Bembrive. El concello de Vigo cuenta con 110 km cuadrados y casi 300.000 habitantes. Esto hace una densidad de población de más de 2.700 habitantes por km2. Más de la mitad de su extensión es hormigón y ladrillo. Pero esto no ha impedido que se conserve a cinco km del centro urbano, un paraje de belleza espectacular. Es la fervenza del río Eifonso, en el lugar de Bouzafría.
Un lugar que nadie diría que podría albergar este concello, un lugar tan desconocido hasta para los propios vigueses. Se trata de la Fervenza de Bouzafría, formada por el Río Eifonso, el mayor afluente del «famoso» río Lagares. Todos los vigueses conocen «El Sireno», singular obra de arte creada en los años ochenta y situada en el centro urbano, pero muy pocos conocen esta espectacular obra de arte de la naturaleza que fue creada hace miles de años. Bembrive, es la parroquia viguesa que tiene el honor de conservar este paraje natural.
El río Eifonso se encaja en una garganta rocosa y supera un desnivel de unos 20 m en tan sólo unos pocos metros. En este salvaje descenso el río forma una gran número de saltos de agua, que resbalan sobre las milenarias rocas esculpidas del valle. Su gran potencial de fuerza de agua era ya conocido desde hace decenas de años. Testigo de ello fue la construcción de antiguos molinos de los que todavía podemos ver en pide hoy en día. Son los llamados de O Buraco y del Buraquiño. El primero se encuentra por debajo del salto principal y se halla hoy reconstruido con una pequeña plataforma de madera para observar el salto. Del otro, que se sitúa por encima, tan sólo nos quedan los restos de sus muros.