En el sur de la provincia de Ourense se sitúa el valle de Monterrei, valle fértil que forma el Río Támega, único afluente gallego del Duero. Es en este valle donde se produce uno de los mejores vinos de la comunidad que se engloban en la denominación de origen Monterrei. La amplitud del valle permitió ser el único paso natural hacia la «Raia Seca», la frontera con Portugal que se encuentra a poco más de 25 km de este lugar en donde se emplazó la fortaleza de Monterrei.
En los límites de los concellos de Monterrei y de Verín el terreno se eleva un poco más y forma un pequeña loma de 521 metros y desde donde se tiene un dominio máximo sobre el valle del Támega y sobre la villa de Verín que se encuentra a menos de 1 km de esta, solo separado por el río.
Este pequeño montículo rebosa historia ya que los primeros asentamientos conocidos nos conducen a la época prerromana en donde existió un poblado conocido como Castro de Baroncelli. Sobre él se construyó el primer castillo de Monterrei que fue posteriormente morada de grandes linajes como los Ulloa, los Zúñiga, los Viedma, los Fonseca, los Acevedo o los Duques de Alba.
Ya en el siglo X se conoce la existencia de un castillo sobre el montículo, que perteneció al Monasterio de Celanova que procuró que este emplazamiento no fuera a más en su fortificación para que en un futuro no constituyera un nuevo centro de poder. Doña Urraca se hizo con él durante un tiempo (1145) para después devolverlo otra vez al mismo monasterio. Así perteneció a la corona hasta el siglo XV cuando Juan I de Castilla concede el título de Vizconde de Monterrei al hijo de Diego López de Zúñiga. Unos años después, los Reyes Católicos conceden el título de Conde de Monterrei a Sancho Sánchez de Ulloa y Monterroso. En 1510 volvió de nuevo a manos de la realeza quién la vendió posteriormente. En los siglos XVII y XVIII el castillo sufre reformas en sus defensas debido al conflicto de Portugal y a la Guerra de Secesión.
En la guerra de independencia contra los franceses el castillo de Monterrei también tuvo un papel importante aunque fue pronto tomado por el Mariscal Soult. Nada más acercarnos al castillo nos daremos cuenta por que es considerado como la plaza fuerte gallega más importante y defensivamente más interesante. La fortaleza está rodeada de un triple recinto defensivo, compuesto de muralla, contramuralla y murallón. En el primer recinto se sitúan la ermita, las torres y el castillo-palacio de los Condes (s. XV) que se encuentra adosada a la Torre de las Damas. Las galerías y arcadas del citado palacio son renacentistas. La gran torre del homenaje se conoce como Torre de Don Sancho y fue levantada en el siglo XV.
Su majestuosa figura de buena sillería se levanta hasta los 22,5 metros de altura. Dentro de este recinto también se conserva la Iglesia de Santa María de Gracia de los siglos XIII o XIV. En el segundo recinto se localizan varias edificaciones de diferentes épocas de la historia. Destaca el Hospital de Peregrinos, del siglo XIV, que conserva su bella portada.
En el recinto más grande y más alejado se encuentra el Parador Nacional de Verín y entre este y la fortaleza tenemos un cruceiro del siglo XVII. Es en el recinto actual del parador donde se ubicaban el Convento de San Francisco y el Colegio de la Compañía de Jesús de los cuales no se conservan más que restos de muros. El edificio jesuita se dice que albergó la primera imprenta llegada a Galicia.
En el siglo XVII se construyó la Forta da Atalaia, construcción cercana que sirvió para defender el flanco más débil del Castillo de Monterrei. En el alto de San Salvador también hay documentada otra pequeña fortaleza estrellada. Como en casi todos los castillos existentes en Galicia existen leyendas de pasadizos subterráneos que comunicaban esta con la fortaleza de Monterrei.
Con mí esposo estuvimos. Felicitaciones!!! Quedé maravillada!!!