Al norte de la parroquia de Augasantas, en el concello de Cerdedo-Cotobade, se localiza el lugar de Famelga, que se caracteriza por la presencia de un capilla, un peto, un cruceiro, un pazo y otros elementos patrimoniales.
Uno de esos elementos patrimoniales y culturales que esconde este lugar, es el castro de Famelga, que en 2019 fue objeto de intervenciones y de una puesta en valor.
Los restos de este poblado castrexo era nuestro objetivo, y la señalización nos indica el camino. Sin embargo, al llegar a los pies del castro, la información desapareció. Decidimos no ir y no es que no sepamos que para llegar a un castro por lo general hay que subir una pequeña loma, sino que nuestra atención se centró en otro elemento escondido entre la maleza.
Se trataba de una construcción circular de piedra, de unos tres metros de alto y no tardamos en comparar su figura con la de los molinos de viento centenarios de Galicia. Y así era.
No es el único molino de viento de Cotobade, pues en el Alto da Cruz, otro castro, también tenemos uno de similares características. Tenemos conocimiento de otros dos, pero aún no los tenemos localizados. Diríamos que era un molino de viento de Famelga es de doble aspa, aunque de estas no hay ni rastro, claro.
Sí pudimos ver en su interior los restos de parte de la maquinaria, pero solo del pie circular (pé), la base de la «moa». Aunque su tejado no existe en la actualidad, las tejas tradicionales esparcidas por los alrededores no cuentan como estaba cubierto.
El molino de viento de Famelga se encuentra en una ladera del castro y junto a un bonito bosque de carballos. Poco más que añadir a esta singular muestra de nuestro patrimonio, tan solo resaltar su estado de abandono y olvido.
