Tenemos ante nosotros un bello ejemplo de adaptación y aprovechamiento del agua que el pueblo gallego ha sabido utilizar para poder sacar el máximo rendimiento de las corrientes de los ríos y así poder suplir las necesidades que siglos atrás la región demandaba, a causa de las grandes carencias de Galicia.
Mejor nombre no podía tener este conjunto etnográfico. La denominación de Eco-museu es un fiel reflejo de lo que aquí se esconde. Ya no sólo por el valor etnográfico sino también por su valor natural. La palabra «batán» se refiere a la maquinaria de los molinos que se utilizaba para pisar el grano y es por eso que esta palabra da nombre a otros molinos en Galicia, como es el caso de los de Armenteira en Meis. En el Valle del Barcia, el Río Abelleira discurre por las piedras y las canalizaciones que hace más de doscientos años fueron construídas para poder así moler el grano que alimentaría durante años a la población de la comarca.
Durante el siglo XVIII tomaron forma catorce molinos de agua y una central hidroeléctrica. Todos ellos dispuestos a lo largo de una ruta que discurre a las orillas del río y que se esconde sobre un hermoso marco vegetal y rocoso donde las aguas para salvar el gran desnivel forman pequeñas pero espectaculares cascadas. El conjunto lo completa una centenaria central hidroeléctrica construida a principios del siglo pasado.
Existen diferentes rutas que se pueden hacer a pie, a caballo e incluso en bicicleta. El lugar cuenta con un magnífico centro de interpretación donde se realizan actividades relacionadas con el conjunto y una buena área de descanso. La ruta ha sido recientemente acondicionada y presenta una buena señalización e información. En definitiva, un gran ejemplo de como valorar y mostrar el gran patrimonio de Galicia.