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Castro Alto da Medoña o Castro de Estea

En el sur del municipio de Vigo, en los Montes de Saiáns, muy cerca ya de los límites de Nigrán se eleva un pequeño cerro cuya altura ronda los 150 metros sobre el mar. Sobre el alto existen los restos de un castro cuyo origen podría ascender hasta la Edad de Bronce, que aunque sin excavar, se puede visitar, ya que el lugar se encuentra limpio, acondicionado y señalizado para el disfrute del visitante. Su localización es muy sencilla ya que se eleva junto a la carretera N-552 que une Vigo con Baiona en el kilómetro 136,5. El cerro es conocido como Alto da Medoña o Monte do Castro, en honor al yacimiento. El poblado se le conoce como Castro de Saiáns, Castro de Estea o Castro Alto da Medoña.

Castro do Alto da Medoña

Su forma es oval y cuenta con unas medidas de 160 metros de norte a sur y de 130 de este a oeste. Gran parte del castro está rodeado por un gran foso defensivo que en su lado este es ayudado por el valle del río Estea, también llamado Rego do Charco. El foso alcanza unas medidas máximas de 20 metros de ancho y 12 de profundidad. Es en este pequeño valle del Rego Estea donde podremos también disfrutar de un conjunto de molinos de agua del siglo XVIII y a unos pocos metros de estos también podremos ver otro tipo de molinos, pero esta vez separados en el tiempo más de 6000 años. Se trata de una serie de molinos naviculares grabados en la roca.

Existe una mina de agua cuyo canal discurre por el foso oeste. Su antigüedad no es clara, ya que sabemos que la mina fue utilizada por una vivienda cercana para el aprovechamiento del agua. Por eso no sabemos si esta mina fue construida recientemente o si su origen se debe al poblado castrexo. Muchos castros de nuestra geografía mantienen minas similares aunque está se encuentra reforzada y habilitada para su uso actual.

En el lado oeste también están los restos de la Canteira da Medoña que transformó en gran medida el lugar.
Desde la croa obtendremos unas excelentes vistas de la Islas Cíes y de la entrada de la Ría de Baiona, con lo que el castro se convertía en un lugar estratégico para la observación y vigilancia.

Podemos decir que los orígenes de este castro se extienden más allá de la edad de Hierro. Esto lo demostró el hallazgo de 27 hachas de talón con argollas descubiertas en este lugar en el año 1989. De las viviendas y otras edificaciones no podremos ver nada, ya que el castro no fue objeto de excavaciones ni otras actuaciones arqueológicas destacadas.
Tanto los molinos naviculares, como los de agua, están señalizados correctamente y su localización no debería tener problemas.

Hoy por hoy este castro es un ejemplo de señalización y acondicionamiento que muchos otros concellos deberían tener en cuenta y así poder salvaguardar nuestro patrimonio arqueológico mientras no se hagan las pertinentes excavaciones que nos darían una idea más profunda de estos yacimientos. Las actuaciones en este castro se las debemos al impulso de la Comunidade de Montes Veciñais en Man Común «San Xurxo» de Saiáns y la colaboración do Instituto de Estudos Miñoranos.

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