Enclavado en lo más profundo de Galicia, se encuentra este histórico monasterio de Ramirás que sus orígenes datan del siglo X. Ya en el año 1017 aparece documentada su existencia en diversos pergaminos de la época. En su origen tenía un carácter mixto, el cual perdió por la prohibición de este tipo de comunidades. Se cuenta que fue fundado por Onmega, la abadesa del monasterio de Santa Comba de Bande.
En el siglo XII el monasterio de Ramirás pasa a formar parte de la regla benedictina pero exclusivamente femenina. Es ahora cuando se construye la gran iglesia románica. De ahí hasta finales del siglo XV que es cuando pierde su gran poder y pasa a depender de San Paio de Alteares, monasterio compostelano. Sin embargo esta transición de poder, no fue sin resistencia, pues la abadesa María de Limia se opuso fuertemente a tal dependencia, por lo que fue destituida por vía canónica.
En el siglo XIX, como muchos otros cenobios, a causa de la desamortización, queda abandonado hasta la mitad del siglo XX, cuando se instalan una comunidad de clarisas procedentes de Allariz.
La iglesia es románica y se construyó a finales del siglo XII, aunque se remató con alguna característica del arte gótico. Su planta es basilical con tres naves separadas por columnas, siendo la central más ancha que las laterales. Los ábsides de forma semicircular forman una estupenda figura. Los contrafuertes exteriores sostienen los arcos de medio punto y separan las ventanas que iluminan el interior. Una hilera de canecillos ocupa todo el perímetro.
Lo peor del lugar es sin duda el poco respeto que se tenía hacia estos lugares en un pasado cercano, lo que llevó a construir edificaciones justo al lado del monasterio y muy próximo a la fachada de la iglesia, con la consecuente pérdida de belleza en el conjunto primitivo. Para paliar esto, se ha construido una cristalera transparente que «separa» el conjunto de estas citadas viviendas.