El edificio del Monasterio de San Vicente do Pino se localiza en el punto más alto de la villa, junto al castillo de Monforte de Lemos, y es parte importante de la fundación de esta. La fundación de este recinto se remonta al siglo X-XI, por parte de los monjes benedictinos. Gracias a numerosos escritos de donaciones por parte de Guntrola Gundisalvi sabemos de su antigüedad mínima. Durante los primeros siglos de vida, el cenobio recibe numerosos privilegios por parte de reyes como Alfonso VII, Fernando II o Alfonso IX.
El nuevo monasterio de San Vicente do Pino se construyó en 1539 adscribiéndose a la congregación de Valladolid. En siglos posteriores el cenobio perdió sus poderes y poco a poco fue degradándose hasta su abandono. No fue hasta el siglo XX, en 1920, cuando los monjes vuelven a instalarse vinculándose al cenobio de Samos. La iglesia es de estilo gótico tardío y con planta de cruz latina y tres ábsides.
La fachada es renacentista y presenta tres cuerpos. En el interior destaca la imagen de Santa Ana, un dintel románico empotrado en el coro, diversos cuadros y un sepulcro. Destaca, también, el claustro, del año 1782 con cinco arcos de medio punto en cada lado.