En el margen derecho de la Ría do Burgo se localiza una pequeña isla (1,9 ha) que alberga un gran castillo bajo medieval que sirvió como puesto de vigilancia de la Ría de A Coruña, el castillo de Santa Cruz.
Hoy se encuentra en medio de una de las zonas turísticas más representativas del norte de Galicia en donde existen famosas playas como la Santa Cristina, Bastiagueiro, Canido, Mera y la misma de Santa Cruz, situada frente a este pequeño islote que se encuentra unido mediante un puente de madera a tierra firme. En el siglo XVI, Don Diego Mariñas quiso proteger la ría mediante la construcción de este baluarte defensivo.
La construcción del castillo de Santa Cruz se demoró hasta el 1640. Su situación tan al interior de la ría se debió a que la otra orilla ya estaba bien guarnecida por las fortalezas de San Antón y San Amaro. Esto provocaba que las incursiones normandas y de los corsarios, como la de Drake, se iniciaran más al interior en la orilla opuesta. Para ello el Capitán General mandó la construcción de dicho baluarte para así contener dichas incursiones.
En los siglos posteriores perdió su carácter defensivo y fue adquirido por diversos nobles para residencia. Sobre el siglo XIX el castillo sufrió un gran abandono hasta que José Quiroga (esposo de la condesa Emilia Pardo Bazán) lo compró. Su yerno, el General Cavalcanti (1910), construyó un pazo en su interior. Su muerte, sin descendencia, provocó su donación al Cuerpo de Caballería (1938) al que el general había pertenecido, que lo emplearía como residencia veraniega de los huérfanos militares hasta la década de los 60.
Hoy día el castillo de Santa Cruz de Oleiros es sede de la CEIDA (Centro de extensión Universitaria e divulgación científica de Galicia). El castillo es sin duda el símbolo del municipio de Oleiros.