El Espicho y el Alto do Faro son dos lomas del concello de Salceda de Caselas que se elevan a 235 y a 209 m respectivamente de altura sobre el nivel del mar. Se encuentran muy próximo a la posible ubicación del Castillo de Toroña, en Entenza. El montículo estuvo a punto de desaparecer, debido a las dos canteras de granito que rodean el monte. Sin embargo, una buena actuación en el 2007 salvó al Espicho de la desaparición. Un alto en donde encontraremos sitios muy singulares y unas vistas impresionantes. En el 2007 se realizó una labor para acondicionar el Espicho do Faro en forma de área recreativa, dotando el espacio de dos fuentes con estanques, mesas y la plantación de diversos árboles. Una limpieza exhaustiva dejó el lugar preparado para pasar un día maravilloso.
Ha sido un acierto salvar el lugar, porque este lugra rebosa historia y curiosidades. Presenta por ejemplo varias rocas singulares, como la de la Seta o el Penedo Silla do Rei, en la cual se oculta en una cavidad cerca del precipicio que mira para el sur. En su interior se aprecia como una rústica silla labrada en la piedra. Cerca de esta se encuentra el espicho, que no es más que una pequeña columna de hormigón a modo de vértice geodésico. La palabra «espicho» se refiere en gallego a un palo con punta que se clava en el suelo. Junto al «espicho» podremos ver una serie de ollas o marmitas de gigante creadas por meteorización las cuales han sido unidas artificialmente por unos pequeños canales para poder vaciarlos. También junto a este lugar, que es el punto más alto, tenemos un banco en el lugar denominado Rincón do Lector.
No es de extrañar que este lugar fuera un punto estratégico en diversas épocas históricas, ya que su posición es inagualable. Desde aquí se divisa cerca la ubicación del posible Castillo de Entenza. Las vistas hacia el valle del Miño y Tui son indescriptibles. Además desde aquí divisaremos otros puntos de posibles castillos o castellum, como el Monte Aloia, el Santa Tecla, el Monte Lousado, el de a Picaraña, Sobroso y el Galiñeiro. Pero sobre todo el lugar se caracteriza por la visión de la gran roca que corona el vecino Faro de Budiño. Solamente es visible la parte más alta, al igual que sucede en el Castillo de Cans.
Es posible que estos, junto al castillo de Mos formaran una línea defensiva y de vigilancia del Val do Louro, pues los cuatro se encuentran en una línea de 10 km que recorre de Norte a Sur en paralelo al valle do Louro. Restos de cerámica esparcida por el lugar podrían ser una prueba de ello. Además, el lugar nos recuerda por su tipología a este tipo de fortalezas, habiendo grandes piedras con grandes cavidades y buenos puntos de referencia. Otro motivo posible es la existencia de estructuras de diversas dependencia en su cara norte como se aprecia en el relieve del terreno