Por debajo del talud que forma la presa del embalse de Portodemouros, en la parte de Arzúa, se sitúa un fantástico museo viviente en donde disfrutarás in situ de la vida y obra de uno de los insectos más importantes para el desarrollo normal del ecosistema en donde vivimos. Es el Museo Vivente do Mel, O Enredo do Abelleiro.
Conocer la miel es también conocer nuestra historia. Uno de los productos que fue utilizado desde la prehistoria hasta nuestro días, en diferentes emplazamientos, por diferentes culturas y a lo largo de los siglos. Ya nombrada en la Biblia y en el Corán, fue siempre valorada como un rico manjar, tanto por el paladar como por sus propiedades curativas, ya que es gracias a ella que la fuerza, la longevidad y la cura de muchas enfermedades es posible. Lo que está claro es que demostrada es su naturalidad y lo creamos o no, algo que sale de la trasformación del polen de la flor tiene que ser bueno, si o sí.
Bien es cierto que estos insectos himenópteros nunca tuvieron buena fama y ya los indios relataban como las moscas del hombre blanco hacían que retrocediesen ellos y sus búfalos.
Pero desde este museo nos quieren acercar a tan maravilloso insecto y desmitificar que su único valor en la vida sea el que los humanos suframos las consecuencias de las caricias de sus aguijones. No vamos a contaros la historia de la miel, os dejaremos unos enlaces que abrirán vuestros ojos a un mundo, el de la miel y las abejas, que a parte de excitante os hará unos conocedores del bello arte de la apicultura.
En Galicia los orígenes se vinculan al autoconsumo en el medio rural, más tarde son los monasterios los que impulsan su uso. Era entonces utilizado como alimento curativo y el único endulzante, es pues junto con las castañas y las nueces un alimento tradicional que consigue su distintivo de calidad en el año 1988 en el que fue reconocido como «Producto gallego de calidad» y en el 2007 llega el reconocimiento en el registro europeo.
Isidro Pardo Varela es el fundador de este museo inaugurado en el 1994 y junto a su familia quiere enseñarnos su gran pasión y el motor de su vida: las abejas. Sus inicios no fueron fáciles no era conocedor del insecto y como a muchos de nosotros tenía hacia ellos un gran respeto. Fue más adelante cuando nace primero la curiosidad a saber más sobre este maravilloso animal y luego la fascinación por su mundo.
Cuando lleguéis a este museo os recomiendo que lo hagáis con tiempo y os decidáis por la visita guiada. Mirar el funcionamiento de una colmena os dará una idea de la organización de la misma, la jerarquía no tiene más significado que el trabajo y el duro esfuerzo de una especie a la que sólo habíamos visto el aguijón.
Veremos como se han ido trasformando sus colmenas y su vida, su gran importancia en nuestro mundo, su desaparición… harán que en tú vida ya no sea un enemigo y sí un aliado que dará color en los campos.