El suroeste de la región está lleno de pequeñas montañas y valles que dificultaban la defensa de las vías de comunicación que venían del interior y de las que llegaban desde el norte. Por eso existen hoy muchos montes donde se pueden encontrar los restos de fortalezas que vigilaban el acceso en tiempos inmemoriales.
Además de vigilar, muchos servían para dar cobijo a los habitantes de las zonas de influencia frente a los invasores, como los suevos u otros pueblos posteriores, que se establecieron en su mayor medida en las ciudades, quedando focos de resistencia en todo el rural de Galicia.
Todos se ubican en puntos altos, estratégicos y colocados en lugares desde donde se divisaban los grandes valles. Ejemplos de ellos pueden ser los desaparecidos Castelo de Cans, castillo de Sta. Helena, el del Monte Alba, el de Entenza, el Galiñeiro e incluso un poco más lejos el de Chavella, en Oia. Todos se caracterizan por la casi ausencia de sillares, que fueron aprovechados en construcciones cercanas o quizás algunos carecieran de piedras elaboradas.
En todos aparecen grandes «penedos» de formas diversas y extrañas y en casi todos podemos ver conjuntos de rocas naturales que formaban cavidades que eran aprovechadas para diversas dependencias. Resaltes, rebajes y grabados por las rocas son los elementos que nos han llegado a nuestros días de estos castillos-fortalezas. En las zonas donde se levantaban estos fuertes podremos apreciar restos de cerámica y teja en abundancia.
Otro ejemplo de estos castillos es el que nos ocupa, el Castelo de Mos, en el Galleiro, justo en los límites de los concellos de Mos y Ponteareas, muy cerca del Pico Salgueirón de 619 m, el monte más alto del lado Sur de las estribaciones de A Serra do Galleiro, exactamente en un pico denominado «Monte Castelo» (540 m), en honor al castillo desaparecido.
Sin embargo el castillo de O Castelo de Mos se situaba en unas elevaciones que no sobrepasaban los 400 m de altura, entre este alto y el Penedo do Franquiño. Cerca de aquí, otro alto recibe el nombre de Alto do Marco, también en referencia a las marcas de piedra que se ponían en las viejas calzadas para señalar la dirección hacia las fortalezas.
El lugar destaca por los grandes penedos y grandes panorámicas del valle del Louro, lugar por donde discurrían las rutas que atravesaban Galicia de Norte a Sur y que aprovechaban la Depresión Meridiana. Unas escaleras de metal nos conducen hasta lo alto de los penedos donde se pueden observar las marcas de los rebajes y resaltes para apoyar los sillares. Grandes rocas desperdigadas forman conjuntos rocosos con pequeñas cavidades que darían cobijo y refugio a los moradores.
El lugar se divide en dos zonas, O Castelo y O Castelo Pequeno. En este último no se aprecian marcas en las rocas y bien pudiera ser parte de una sola fortaleza debido a su proximidad con el primero. Al lugar no llega ninguna carretera asfaltada, por lo que la mejor forma de ir es andando o en bicicleta, ya que sí hay pistas forestales habilitadas. Sobre la historia no podemos contar nada, pues no disponemos de información. Sería interesante que alguien pudiera aportarnos alguna información.
Ni siquiera os podemos hablar de fechas exactas ni de sus inquilinos. Es probable que la fortaleza fuera un lugar de vigilancia o resguardo bajo medieval o quizás algo más antiguo. Quizás su origen venga de los siglos que menos información poseemos, sobre los siglos VI a IX, bajo la dominación de los pueblos suevos.
Es posible que el castillo de Mos fuera derribado por las revueltas Irmandiñas durante el siglo XV o por los Reyes Católicos, pero lo más probable es que el castillo ya no existiera para este siglo, debido a la abundancia de fortalezas de gran tamaño y poder en la zona. Es probable que estos castillos ni siquiera contaran con murallas de piedra, sino que para su defensa emplearían materiales perecederos.
Bos días,
Moitas Grazas pola reseña sobre o Castelo Grande de Mós. Temos que ser un pouco críticos con vós por algúns datos que son erróneos ou confusos.
O que non ten perdón é a tradución dos topónimos Castelo por «Castillo». Aprezados compañeiros de Galicia Máxica, os topónimos nunca se traducen!
Ola, grazas a vós! Ben sei que os topónimos non se traducen. O problema foi a base de datos que nun erro de «buscar-reemplazar» machaquei palabras como «castelo» ou «ponte» e quedárone algúns desa forma deturpada. Tes que perdoar, non é doado atopalos todos. Grazas polo aviso. Tamén sería de agradecer que me correxírades eses datos dos que falades. Son todo oídos… ou ollos.