Vila Nova de Cerveira, en Portugal, recibe su nombre por la abundancia de ciervos en otra época en su sierra. Hoy en día la imagen de un ciervo es asociada con esta población lusitana y más desde que en el año 1985 el escultor José Rodrígues creara la escultura férrea de O Cervo en lo alto del monte de O Crasto, en A Serra da Gávea, a 327 metros de altitud. Este falleció en septiembre de 2016 a los 79 años de edad.
El nombre de O Crasto (castro) ya nos indica la existencia de un asentamiento castrexo en el lugar del que probablemente saldrían los primeros pobladores de Vila Nova de Cerveira.
Como decíamos la escultura se instaló en agosto de 1985 y tres años más tarde se hizo el camino de acceso convirtiendo el lugar en un fantástico mirador que domina una gran parte del Miño, desde Tui hasta su desembocadura.