La Playa do Porto o de Santa María de Oia como muchos familiarmente la conocen va a ser una entrada algo diferente. Será el punto de inicio de una nueva etapa, de encaminar el proyecto un poco en solitario. Quizás Sirona me traiga en sus manos esa cura a la melancolía que tanto necesito. Mientras la espero, seguiré compartiendo nuestra bonita tierra, porque hasta el más pequeñito de sus rincones tiene su encanto, y el compartirlo con vosotros, me hace muy feliz.
La Playa de Santa María de Oia o do Porto
Todos los que nos movemos por el patrimonio no necesitamos de grandes reclamos para apreciar su valor. Sin embargo, si llegaste hasta aquí con la intención de descubrir una playa, puede que te sorprendas al encontrarte de frente con un monasterio. Y lo mejor de todo es que una cosa no quita la otra, puedes disfrutar del mar y al mismo tiempo dejarte envolver por la historia.
A Praia Do Porto no es sólo un rincón donde refrescarse los días de calor, sino también una puerta a siglos de legado. Mientras el sonido de las olas acariciando la arena te envuelve, a solo unos pasos se alza el Monasterio de Santa María de Oia, una joya del siglo XII que lleva siglos contemplando el Atlántico. Es uno de esos lugares donde el paisaje y la historia se dan la mano, donde cada visita puede convertirse en un viaje en el tiempo sin renunciar a la belleza natural del entorno.
Aquí donde la ves, esta pequeña playa es la única de España que dispone de un importante Monasterio que la preside. También lo podríamos decir al revés, Santa María de Oia es el único Monasterio de España pegado al mar. Y es que en Galicia tenemos tanta magia que conectamos siempre lo mejor. Así que, tanto si viniste buscando arena y agua salada como si tu interés es descubrir vestigios de otro tiempo, aquí puedes encontrar ambas cosas.
Y aquí, en Oía, esta minúscula playa aparece y desaparece al ritmo de las mareas, un rinconcito mágico en el que refrescarse en verano después de la preciosa visita patrimonial a un monasterio gallego del S.XII, el Monasterio de Santa María de Oia, uno de los pocos ejemplos de abadía junto al mar en Galicia.
La Playa do Porto es uno de esos rincones únicos que hacen de Galicia un lugar tan mágico. Un espacio donde el mar y la historia se entrelazan, donde las mareas dibujan el paisajes y donde cada visita se siente muy especial. Para los que buscáis un rincón auténtico y lleno de encanto, esta pequeña playa en Oia es, sin duda, una parada obligatoria en vuestra viaje.
La playa Do Porto tiene una longitud de ochenta y cinco metros y unos veinte metros de ancho cuando está la marea baja, claro. No es una playa de grandes dimensiones pero para la gente del lugares más que suficiente y la agradece. Qué más deciros o reseñar sobre la misma que es una playa interurbana y que se compone de arena fina y rocas o que justo a su lado nacen las olas más peligrosas y potentes del sur de Galicia. Una zona solo de expertos por su peligrosidad. Para los no tan expertos os recomiendan la playa de Patos en Nigrán.