Hay lugares que encierran curiosas leyendas, éste es uno de ellos. Un rinconcito en Portugal que os invito a descubrir en familia.
VISITA
Un lugar de gigantes rocas graníticas, con cuevas y leyendas que invitarán a explorar. Aquí disfrutaremos más que los niños. Antes os acercaré las leyendas de este lugar tan mágico y se las contaremos a ellos in situ.
Pero antes de acercaros a las leyendas os citaré unos versos, ya que desde aquí se cuenta que se divisan «7 Hermanos, 7 ermitas que estarían comunicadas por medio de túneles.
»Partiron dende a ponte en distintas direcións:
chegou ata A Picoña María de la O;
detívose en Ganade a súa irmá, Lucía;
dixéronme que Amaro botou raíz en Lira;
o monte atravesando disque partiu Cibrán,
e nun só día de marcha chegou ata Guláns;
ollando Ribarteme detivo Marta o paso;
entrou Blas en Areas e, caminiño manso,
chegou ata Pesqueiras a última, Asunción.
En todas estas vilas rezouse unha oración
na que pedían a Deus que alguén os alumara
naquela dura empresa e ós sete irmáns guiara…»
No sabemos lo cierto o incierto de la comunicación de estos lugares por medio de túneles, lo que sí podemos ratificar es que en A Capela do Castelo hay un túnel, hoy en día tapado y que cuentan los más mayores que tenía un recorrido muy extenso. Un lugar que os recomiendo visitar y del que ya hemos compartido entrada.
Ya sabemos algo más sobre este lugar, ahora toca descubrirlo. Partiremos la excursión desde la iglesia. El lugar está muy bien señalizado y no tiene pérdida.
Continuaremos el recorrido por un camino empedrado. Por dónde estamos circulando se conoce como empedrado portugués. Son muy típicos de aceras y espacios públicos en Portugal. Seguro que el traqueteo sorprenderá a los niños, estas calzadas pétreas laboriosas nos pondrán en ambiente, nos vamos a visitar castillos con historia.
El empedrado como lo conocemos fue empleado por primera vez en Lisboa en el año 1842. El trabajo fue realizado por reclusos y ordenada por el teniente general Eusebio Pinheiro Furtado que erar el gobernador militar del Castillo de San Jorge.
Nada más empezar contemplaremos un molino en ruinas que nos da la bienvenida. Veremos unos cuantos más durante nuestro recorrido de ascenso.
Proseguimos y el paisaje granítico nos acompañan en el camino al castillo. Parece que estamos en otro lugar y con cada roca se dispara la imaginación. Veremos un sin fin de formas que nos recordarán objetos, animales e incluso rostros.
Estamos llegando y pasaremos de pista empedrada a firme, que es bueno y no entraña problemas.
Una improvisada puerta nos recibe y hasta parece que nos da el alto antes de continuar con el viaje ¿Qué veis? No tendremos problema en llegar a nuestro destino en el que nos recibe un amplio aparcamiento y unas vistas panorámicas increíbles. Y un panel informativo que está ahí para algo, recuerda acercarte a él con los niños, el ejemplo cala más que la lección.
Nos quedaremos en el patio. Accederemos al recinto por una puerta y nada más entrar nos encontraremos con una zona de merendero espectacular, por aquí encontraremos muchas cuevas sin peligro. Y es aquí donde contaremos…
LEYENDAS
Leyenda de la reina Araugana
“En tiempos de reyes y reinas, había una llamada Araugana (Aragunta, Reina de Aragón). Araugana era una dama noble y virtuosa, siempre preocupada por complacer a su esposo y satisfacer las necesidades de sus súbditos. Pero, como en otros lugares, la envidia y la ambición infestaron los corazones de aquellos y quienes la sirvieron, causando intrigas y conflictos con frecuencia en su castillo. Su rey no era un hombre para muchas conversaciones, ni para chismes, interesado en que él estuviera en el gobierno y la expansión de su reino. Dejó a los sirvientes más cercanos y a la reina el gobierno del castillo. Como cada uno quería aprovechar su posición como un servidor fiel y diligente, denunciando o inventando la culpa de los demás, para llamar la atención o excusas sobre sí mismo, y es así como la paz dentro de los muros comenzó a perderse.
¡Algunos de los sirvientes más cercanos del rey incluso culparon a la reina por las fechorías del castillo! Aragunta confiaba en su esposo y en la certeza de que él estaría de su lado ante los cargos en su contra. ¡No sabía que estaba tomando forma una intriga infame, en la que se presentaba como la causa de todo el daño que le sucedió a la casa real e incluso al reino! Serena de la verdad que la atendió, se retiró un día a sus habitaciones, para rezar a los santos de sus devociones, como era costumbre cuando uno de los sirvientes, de aquellos en quienes confiaba, entró en la cámara real, jadeando y temblando :
- Majestad …!
- ¡Di Guiomar! ¿Qué te pasó para venir con tanta prisa y angustia?
- Acabo de pasar por el salón del palacio y escuché algo tremendo.
- ¿Qué pasa, mujer? Siéntate y tómalo con calma.
- Su amado esposo y mi señor estaban siendo industrializados por los criados, en compañía de D. Mendo, de los eventos en los que mi señora fue testigo. Dijeron que lo que ha estado sucediendo, como su Majestad había advertido previamente, es culpa de mi Lady. ¡El rey está muy furioso y, exaltado por los presentes, habla de la necesidad de matar a la reina, ya que ella no desempeña su papel con dignidad! ¡Quieren matar a su señoría! Tenemos que alejarnos lo antes posible.
- Llama a D. Teresa y a un lacayo, y escaparemos al castillo de Furna, al otro lado del río. ¡Date prisa!
Conociendo la suerte que la esperaba, esa misma noche la reina huyó, disfrazada de indigente, acompañada de su amiga y fieles sirvientes. Caminaban de noche, solo cabalgaban cuando cruzaban un lugar desierto y deshabitado, para no revelar su verdadera dignidad. Al llegar al río Minho, llamaron al barquero, que pronto vino a llevarlos a la otra orilla.
El rey había notado la fuga de la reina por algún tiempo. Si antes estaba enojado por la incomodidad de la culpa que señalaba a la reina, haciéndola indigna de su condición, ahora estaba gritando furioso ante una decisión tan seria de su esposa. Él no iba a consentir tal ofensa, dejándola escapar sin una convicción ejemplar. Acompañado de un gran séquito, se fue inmediatamente esa misma noche en busca de Aragunta.
La reina conocía el espíritu y el genio del rey, por lo que sabía que él no descansaría sin perseguirla. Y como estaba solo un poco más adelante, debido a la sorpresa de su escape, lo había limitado por el hecho de que a veces tenía que caminar junto al monte que sostenía su sirviente.
Consciente de este hecho, le ofreció al barquero dos monedas de oro para poder llevar al rey al cruce, mientras ella recogía en Castelo da Furna. El barquero no sabía cómo enfrentar al rey o hacerle pasar tiempo para retrasarlo, sin que el rey no descubriera la estrategia. Entonces decidió hundir el bote y se fue a su casa. Cuando llegó la parte perseguidora, llamaron al barquero. Este inmediatamente corrió hacia quien lo llamaba, advirtiéndoles que no había ferry disponible esa noche, porque los bandidos los habían robado la noche anterior. Si querían cruzar el río, tenían que subir un poco más al banco, para encontrar otro lugar y un barquero que hiciera el trabajo.
Mientras tanto, Aragunta ya había llegado a Furna y estaba bien almenada. El rey vino a ponerle sitio, buscando rendirse por el hambre. Y si el rey conocía a la reina, sabía que ella nunca se rendiría, lo que resolvió la ingrata tarea de tener que matar a su propia esposa. ¡El hambre y la sed se encargarían de matarla!
Pero dentro del castillo, Aragunta descubrió una fuente, que la alimentaba con agua siempre pura. Esa fuente, que había surgido de la roca, la alimentó con el coraje de la resistencia. El rey mantuvo el asedio y los del castillo resistieron. Quince días pasaron sin rendirse a ninguna de las partes, hasta que un águila, que venía a atrapar una hermosa trucha en el río Minho, que llevaba el fuerte pico, al pasar sobre el castillo, asustada por algún ruido o sombra, abrió su pico. dejando caer la trucha que cayó incluso dentro de las paredes.
Los asediados vieron a esa trucha una oportunidad para satisfacer el hambre que les molestaba. Pero Aragunta no pensaba de la misma manera, a pesar de estar tan hambriento como el resto. Les ordenó que la llevaran al rey, que estaba en su campamento, en un lugar que más tarde se llamaría Trute. Este lugar de Trute se encuentra ahora en el municipio de Monção … Al ver la oferta que la Reina Aragunta le había enviado, el marido vengativo cedió, ya que entendió que la reina estaba protegida por el brazo divino. Levantó el asedio del castillo y envió mensajeros para informar a la reina que había perdonado su rebelión.
Aquellos que estaban con la reina vieron en el perdón del rey el regreso de los privilegios y la dignidad de Aragunta, pero ella no quería regresar con el rey a su palacio. Aragunta prefirió quedarse en esos lugares, terminando su vida con ejercicios devotos y grandes penitencias, llenando cada lugar de gracia y bendición. Cuando murió, después de muchos años, el pequeño té dentro del castillo se hizo conocido como la Horta da Rainha, un nombre que aún permanece en la actualidad. Creyendo en las gracias del agua que alimentaba a una persona tan noble, la gente comenzó a ir al fregadero donde brotaba esta agua milagrosa por las mañanas de S. João «.
LEYENDA DEL CABALLERO
Nos situamos en tiempos medievales y lo que contemplamos ya aquí es lo que llaman un castillo-rocoso. Se utiliza el terreno, lo que la naturaleza nos regala como un perfecto camuflaje. Fue fundado por un caballero llamado Fraiao (Froilán). Deciros que una forma de rendirle homenaje es aprendernos su nombre completo, según el gran historiador José Mattoso sería llamaba Paio Guterres de Fraiao (1134) ¿Nos acordaremos de su nombre ya en casa?. Fomentamos siempre la retentiva, preguntamos, recalcamos y siempre valoramos, lo recuerden o no. La mente como el cuerpo hay que ejercitarlo.
Fraiao fue un noble e caballero medieval portugués, señor da Cunha , una freguesía (parroquia) en el concello de Braga. Fraiao fue fundador del castillo y de tres monasterios, el de São Simão da Junqueira, do Souto e de Vilela. Era un gran guerrero y combatía contra los moros, sobre su vida se posaron un sin fin de leyendas. Siempre salía su nombre en la defensa de los castillos de Portugal, tanto es así que también estuvo en la lucha contra la toma de Lisboa. Según la leyenda jugó un papel importante aquí ya que rompió la puerta de la ciudad y así entraron en ella el rey D. Afonso Henriques y parte de su ejército. Fraiao también estuvo involucrado en el asedio de Lisboa por los moros. Según la leyenda la bandera de D. Afonso izaba en una de las torres de los muros, pero no se sostuvo debido a la fuerza del viento (si la bandera cayera, sería una forma de derrota ante los moros), así que fue Paio Guterres de Fraiao quien, incluso bajo una lluvia de flechas enemigas, sostuvo la bandera a pesar del viento. En esta hazaña, dijo «El-Rei (D. Afonso Henriques):» ¡La cuña, la cuña! «. Y así este fue su apodo aunque pensamos que más podría ser por ser señor de Cunha.
En este castillo en la actualidad no veremos muros sino que está formado por bloques graníticos que se amontonan unos sobre otros y hace que sea un lugar de difícil acceso. Desde él vigilaban y se defendían, las redondeces de las rocas ciclópeas nos dan esa sensación de equilibrio vertiginoso. Hay un pequeño sendero que llega a los pies del castillo y desde ellos os encontraréis con una cueva y en lo alto se dibujan unas escaleras para acceder a la cima, os chocará lo peligrosas que son.
Comentaros que el sendero es recomendado para no tan niños (adolescentes) pues implica algo peligro. Si son pequeños ya volveremos cuando estén preparados. Os recomendamos la visita y que la disfrutéis tanto como ellos!!
GALICIA ÉS MÁGICA GALICIA É MÁXICA
«Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.» Paulo Coelho