Mosteiro de São Fins – Portugal Máxico

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Este fin de semana vamos a conocer grandes tesoros, para empezar conectamos la radio del país y nos vamos adaptando a su forma de contar las cosas, a su música y nos damos cuenta de que no es tan diferente su lengua al gallego.

FOTOS

En este viaje íbamos a tiro fijo, nos habían hablado de un Monasterio hace años que aunque estaba en estado de total abandono, merecía la pena visitar «El Monasterio de São Fins».

Nos alegró descubrir que iba a ser rehabilitado y cómo somos de los que nos encanta conocer el antes y el después, nos fuimos a retratar el antes para disfrutar mejor el después.

Es sencillo llegar a este monasterio Benedictino, en Portugal todo está muy bien señalizado y como estaba en obras dejamos el coche en un aparcamiento, y fuimos a comprobar que la pista estuviese en condiciones y ya nos recibió a lo lejos este mágico lugar, difícil el no ser tentado a intentar capturarlo.

Avisaros de que está en obras, lo están acondicionando y seguro que dentro de poco también éste abandonado mirador, lucirá mucho más bonito.

Hora de ir al coche, nos gana la impaciencia por descubrir este Monasterio!

 La entrada al monasterio nos recuerda, al Monte da Cidade, otro mágico lugar en Galicia y uno de nuestros preferidos. Y no nos equivocamos pues descubrimos que estamos ante un precioso acueducto.

Antes de entrar, toca fotos

¿qué nos esperará en el interior?.

Ya van siendo horas de buscar un lugar para comer aunque en Portugal es una hora menos, así que, como buenos viajeros que somos nos adaptamos al horario del país que nos acoge, es la una hora española, las doce portuguesa y nos toca visitar una joya arquitectónica y cultural.

Un lugar con grandes historias que intentaremos conocer.

Nos fijamos en todo, tenemos que hacer nuestro particular libro diario y recordar cada uno de sus rincones porque seguro que cuando regresemos todo estará muy cambiado, para bien por supuesto.

Nos sorprenden las construcciones dispuestas alrededor de la iglesia, sí, están en estado ruinoso y aún así, su porte es imponente. Nos choca la gran altura de las puertas y el suelo que está muy marcado por las huellas de los carros quizás eran de entrada a las caballerizas, un lugar de estancia y de paso sin lugar a dudas.

La iglesia románica es preciosa, vamos a rodearla para apreciar sus canecillos y todas sus puertas adornadas con el arte petreo, no perdamos detalle, estamos ante una maravillosa joya. Los acompañaremos desde la distancia, despertando su curiosidad.

Recuerda son muchos los estímulos que reciben, difícil de procesar todo al mismo tiempo y por tanto pueden estar distraídos o aburrirse pronto,

ayudémosles a centrarse y disfrutaremos mucho más.

Creemos magia en un lugar que merece ser descubierto por esos ojos ansiosos y esas mentes abiertas a la mejor información.

Os vendrá bien esta introducción al ARTE ROMÁNICO y a ellos que se la acerques muchísimo mejor.

¿Cuántos canecillos hay?…

Vosotros seréis encargados de hacer las preguntas.

Se fijarían en todo, ¿qué les llamará más la atención?, qué os parece si buscamos también la firma de los canteros.

Reto: Qué letra esconde la iglesia, la misma nos dará mucho juego en el coche, buscamos palabras con ella

nombres, animales, objetos…

¿Cuántas ventanas y puertas tiene la iglesia? ¿Cuántos animales pétreos habéis visto adornando?

SIMBOLISMO DEL ARTE ROMÁNICO

 

 

 

Seguro que en el edificio pegado a la iglesia viviría el abad, este tendría privilegios y se encargaría de distribuir las tareas en la comunidad. Buen momento para enseñar cómo serían aquí las tareas, en un tiempo en el que el agua se buscaba a pie de fuente.

¿Cómo repartirán los niños el trabajo?

¿Quién se encargará de buscar la leña o el agua, a quién le tocará limpiar o cuidar a los animales..? Os aseguro que os gustará saber cuál sería vuestra tarea.

¿Serían los niños capaces de hacer que todo funcionase correctamente?

seguro que sí

Justo al lado de la iglesia estarían las dependencias de los monjes, no hay más que mirar las escaleras para comprobar el tremendo tránsito que vivieron, subir y bajar para las tareas del día y para la oración que en el caso de la Orden Benedictina  sería de siete veces al día, menudo ajetreo ¿verdad?.

Observemos las partes del edificio e intentemos reconstruir con la imaginación este precioso lugar.

Estamos en un lugar en el que el retiro era parte importante del día a día. Pero no sólo esto, ya que debían compartir tareas y hacerse una comunidad autosuficiente ya que al igual que otros monasterios, éste se encontraba apartado de lo mundano, aquí el trabajo en equipo era primordial y quién lo coordina era una persona elegida por todos.

Conversemos con ellos ¿Qué cualidades tendría que tener un abad? …nosotros les decimos tres, las siguientes él.

Buscamos otras profesiones que se necesitaría en una comunidad como esta, quizás un médico, un cocinero, un agricultor…

Pasar un día enriquecedor y divertido es nuestro reto particular.

¿cómo sería la vida aquí?.

 Nos imaginamos a los monjes benedictinos cultivando y cuidando de los animales o quizás pescando en el río.

¿Cómo os lo imagináis vosotros?

Tenían un buen acueducto que les surtía de agua y la llevaba a un molino, sí aquí también tenían molino que probablemente molería el cereal con el que alimentar a los animales o que les ayudaría a obtener la materia prima para fabricar el pan, la preciada harina.

Todo con una funcionalidad en medio de una naturaleza que daba cobijo a esa paz que ellos tanto buscaban.

Un gran lugar de retiro.

¿Os gustaría vivir en este lugar?

Y justo debajo del molino una maravillosa fuente que estaba siendo restaurado, su techo reposando en el suelo, nos maravilla.

Nos sorprende el silencio del lugar, la tranquilidad que en él se respira.

No nos hemos ido aún y ya estamos deseando regresar e ir viendo todo el proceso de volver a colocar todo en su sitio con mimo, como el que va colocando las piezas del puzzle que más le gusta.

Salimos del recinto y esta vez lo vemos desde otra perspectiva, del que se despide, recopilando datos, saboreando las imágenes que se nos han quedado grabadas en la retina.

Antes de irnos comentamos lo que nos ha parecido y nos resguardamos bajo la sombra de un árbol centenario que si pudiese hablar, nos contaría miles de historias.

Algunos juegan en los muros a dejar señales naturales (cuadros de hojas secas o dibujos con bellotas esos petroglifos etéreos de un instante), marcas que indican que han estado aquí, que parte de ellos se ha quedada impregnada entre el musgo y los muros y que pronto serán compartidas con otros viajeros que como ellos, vendrán a descubrir tan mágico lugar.

Otros escriben su vivencia, plasman lo que les ha transmitido este sitio, no con papel sino con letras lanzadas a un mundo virtual en el que todo tiene cabida y más los sentimientos.

Se hace un silencio y recordamos lo vivido.

Nos falta algo por visitar!!

Antes de llegar al Monasterio habíamos dejado atrás una construcción, nosotros sabíamos que era un lugar de descanso, un cementerio, de difícil acceso que se nos muestra como una aventura.

Iremos a un lugar en el que descansan quizás algunos de los que aquí llegaron a morar.

Y en este lugar las vistas hacen que valoremos más la naturaleza que todo lo acepta, hasta la muerte que vuelve a vivir en ella.

Hay viajes que miras atrás para robarles la esencia. Hay viajes que te vas para volver pronto. Hay viajes que te cargan de recuerdos y otros te llenan de sensaciones.

¿cómo será este para ti?

Volveremos muy pronto para poder comprobar que cuando se cuida el patrimonio, este transmite mejor la historia.

Pero no nos detendremos sólo en este sitio porque Portugal tiene mucho que enseñar.

Seguimos de viaje

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