Se acercan las NOTAS, y con ellas…

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Antes de que se acabe el curso y cómo están muy cerquita las notas, me gustaría que tuvieras en cuenta no sólo nuestra situación frente a las notas, sino también como viven nuestros hijos los resultados. Partir siempre de esto, «las notas no deben enfocarse como un éxito o fracaso», son una valoración del nivel adquirido por el alumno y cada uno de ellos tiene su ritmo. Como si aprueban sé que no será un problema, sólo deciros, premiar su esfuerzo no con regalos y sí con vuestro orgullo y cariño, estes calan más y si suspenden, pues aquí os dejo para empezar una lectura que os vendrá la mar de bien.

CÓMO SOBREVIVIR A LOS SUSPENSOS DE TUS HIJOS 

Os sacaré de este libro de Carlos Pajuelo un pequeño retazo con el que hilar mis recomendaciones:

“Pero debemos tener en cuenta que los suspensos no son como los posos del café o las cartas del Tarot. No sirven para interpretar el futuro. Viven y se desarrollan en el presente, por lo que los padres debemos centrarnos en lo que podemos hacer ahora y dejar las habilidades adivinatorias para los «iluminados» que leen el futuro.”

Pasos o claves que os aconsejo dar, para cambiar un mal boletín:

REFUERZO POSITIVO 


No vale de nada abroncar cuando se ha esforzado y tampoco cuando no lo ha hecho porque ya es muy tarde para cambiar la situación de los resultados. Lo que debemos ahora es ayudarle a poner fin a malos hábitos de estudio. Las notas sólo reflejan un problema al adquirir conceptos o simplemente no tiene la maduración necesaria para procesar la información y eso, se aprende con el tiempo y esfuerzo, ejercitemos esa esponja que desea aprender. Llevemos a nuestro terreno las asignaturas haciéndolas más llevaderas y entendibles.
Los padres somos los que debemos de concienciar a nuestros hijos de que las malas notas pueden superarse y que, con esfuerzo y dedicación, será posible alcanzar los buenos resultados.

CREE EN ELLOS
Debemos creer en la capacidad de nuestros hijos “pueden mejorar las calificaciones” haz que lo sienta y siéntelo. Si hacemos valoraciones negativas como “que torpe eres, no aprendes, cuanto tardas en estudiar” no estaremos ayudándoles para nada a mejorar .

INTERÉSATE POR SUS INQUIETUDES
Preocupate no sólo por sus tareas escolares, no toda su vida debe girar entorno a los resultados, por desgracia nos han enseñado a medir todo, a calificar, a encasillar, a poner etiquetas… Nuestros hijos son mucho más que resultados en un papel, nos encanta que participen en clase, se porten bien con los compañeros y amigos, que demuestren empatía o sean educados, esto es lo que deberíamos valorar más. No le estoy restando importancia a los resultados, es importante que adquieran conocimientos pero lo harán a su debido tiempo, cuando esté preparado para ir conectando todas las lecciones que ha aprendido con anterioridad, antes de lo que te imagines, volará sólo. Es muy importante el hábito en el estudio y este será el que ponga en orden todas sus habilidades. Otra cosa bien distinta, me dirás «es el pasotismo, la falta de esfuerzo, la dejadez», eso sí, debemos atajarlo con inmediatez. La falta de motivación es una de las causas principales del fracaso escolar y la mejor forma de eliminarla es hacerlo desde la cercanía y sin reproches, estos harán que se cree un bucle del que nos será muy difícil salir, “soy vago para qué cambiar”.

Debes crear sino los tiene, hábitos de estudio y ver de qué forma se pueden mejorar los resultados.

-Programamos horarios juntos y Los orientamos: más tiempo para aquellas asignaturas que más les cuesten.

-Creamos un lugar especial, un lugar adecuado, iluminado y comodo, con pocas distracciones que acoja su tiempo de estudio.

-Ayudamos a nuestros hijos en lo que nos sea posible y esto no significa hacer las cosas por ellos.

No olvides nunca que no todo va a ser estudiar, se le premia y no necesitas atosigarle para que rinda, soy de las que piensa «más vale una hora aprovechada que tres malgastadas». Valora la posibilidad si lo necesita de recibir ayuda extra…soluciones, siempre hay.

VALORA LOS CAMBIOS

¡Has de valorar cada paso que dé!

Recuerda sus primeros pasos, torpes, desacompasados, como le costó guardar el equilibrio y como le ayudaste tú a que por fin fuese un gran corredor. Empezamos de nuevo, ellos nos importan, nos ha entristecido que pudiendo haber aprobado y pasarse un verano estupendo, tenga que prepararse otra vez, te aseguro que más le incomoda a él. Le ayudaremos a superar este reto, sacaremos el curso porque pueden y confiamos en su tremendo potencial. Cuando obtienen una mala calificación debemos de escuchar el motivo por el que ellos consideran que no han podido superar la nota que se les exige a su edad. De esta manera, podremos apoyar y estimular con palabras positivas, evitando criticar sus posibles errores, que si los hay, aún estamos a tiempo de transformar en enseñanzas, es duro suspender, es duro no superar como lo hacen algunos los exámenes y más duro para ellos, es sentirse frustrado.

Paciencia, cariño y comprensión las palabras mágicas que con esfuerzo conseguirán el cambio.

Comenzamos una nueva etapa,

la de superar obstáculos juntos y  saltarlos sin dificultad,

 y si no, lo intentaremos hasta conseguirlo. 

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