Herramientas para controlar el nerviosismo y la ansiedad en niños

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Nos estamos olvidando un poco de como viven los niños y no tan niños esta cuarentena provocada por el Covid-19. El confinamiento lógicamente nos pone a todos contra la pared y son muchos los papás que deben lidiar con una ansiedad normal del niño que quiere de una vez por todas volver a la normalidad, estar con sus amigos o simplemente darse un pequeño paseo y salir de un espacio que por momentos se les hace más pequeño, es normal ya que su energía está encerrada en cuatro paredes.

Cuando nuestro hijo se pone ansioso llegamos a pensar que esto le afecta al oído porque entra en un bucle de nerviosismo en el que nada lo calma, y así es, y esto es así por todos los químicos y estímulos mentales que participan en su cuerpo durante este proceso. Aunque te parezca increíble la ansiedad tiene como finalidad básica y ancestral la supervivencia.

Durante el proceso de nerviosismo o ansiedad la corteza prefrontal que es la parte más lógica del cerebro se pone en espera, mientras que el cerebro emocional se hace cargo de la situación. En resumen tu hijo no puede pensar con claridad por mucho que te empeñes en darle las mejores razones para calmarse.

Os voy a intentar dar los pasos para conducir la tranquilidad a su cuerpo y salir de este mal momento.

10 HERRAMIENTAS

Diez fases que debemos seguir, diez ingredientes mágicos que nos valdrán para siempre. Dota a tu hijo de las mejores herramientas para que el solo sepa como tranquilizarse.

1 – RESPIRAR LENTO

Recuerda «respirar a pleno pulmón». Aquí debemos enseñarle a hacer respiraciones profundas. Cuando estamos agitados las respiraciones se vuelven cortas y rápidas, la oxigenación es menor por lo que se puede llegar a hiperventilar. Las respiraciones profundas nos tranquilizan a parte nos distraen porque al estar pendientes de la respiración nos olvidamos de lo que tenemos en mente y nos provoca ansiedad. Respiramos pausados, calmados. Debemos tener clara esta premisa, «la respiración tiene primero una consecuencia directa en nuestro estado emocional y viceversa, nuestro estado emocional altera nuestra forma de respirar.» Cuando están nerviosos respiran más rápido y como respiran más rápido se generan mayor nerviosismo y ansiedad.

2 – EMPATIZAR CON NUESTRO HIJO

Importantísimo, empatiza. La ansiedad de tu hijo es una respuesta al miedo. Estamos viviendo una situación muy peculiar, piensa, quien nos iba a decir que estaríamos encerrados en casa hace un mes, impensable, Verdad? Imagínate como es la situación para un niño.
Lo más importante es tranquilizarle y hablarle con la verdad por delante. Se la puede adornar pero no falsear es importante que entiendan que no se puede salir y que a nosotros también nos gustaría salir, pero no se puede. Explicarles porque vas tú al supermercado y que él se tiene que quedar es sencillo, ellos no pueden salir porque solo puede salir uno y las compras las hacemos los adultos. Invítales a ver por la ventana y enséñales que si hay algún niño es porque tiene permiso y tiene que salir, enséñale a entender que es empatizar con niños TEA, la primera enseñanza que hay que sacar del confinamiento es enseñarles a querer a todos por igual, a entender, a ser altruista…

3 – CHARLAR

Al meollo, toca hablar abiertamente de lo que ha pasado y ahora que esta tranquilo es el momento. Profundiza en qué le ha llevado hasta el nerviosismo y enséñale herramientas para intentar que esto no suceda y si pasa, que pasará, que dure poco. Vamos recordando que estaba haciendo antes, en que estaba pensando, seguimos paso a paso a nuestro ladrón de la calma «el nerviosismo y la ansiedad» como si fuéramos la policía.

4 – LA PREOCUPACIÓN ES BUENA

No nos sentimos culpables o demostramos rencor hacia una mala situación porque estas nos ayudan a crecer (a ellos y a nosotros). Somos parte activa en su crecer. Enséñale que la preocupación, tiene un propósito. La preocupación es un mecanismo de protección que aún tenemos grabado en nuestra huella evolutiva. Nuestros ancestros vivían cazando y recolectando, había peligro de ataques de depredadores muy reales y la preocupación les ayudaba a evitar los peligros. Cuando surge la ansiedad, debemos interpretarla como una alarma en nuestro sistema interior que nos ayuda a sobrevivir peligro.

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La psicóloga Manuela Molina creó un cuento ilustrado para explicarle a los niños esta pandemia.

5 – PERSONIFICAR

Personificar la preocupación. Es una herramienta que tus hijos pueden utilizar por su cuenta en cualquier momento y ayuda a reactivar el cerebro lógico. Un personaje que personifique la ansiedad, le puede dar un nombre, el que se quiera.

6 – DESAFIA LA ANSIEDAD

Desafiamos la ansiedad ¿Qué te ha llevado a ese punto de nerviosismo?
Permitir que tus hijos se preocupen abiertamente, en dosis limitadas, puede ser útil. Hablamos de lo que nos preocupa o nos da miedo, no siempre vamos a estar confinados en casa, todos los niños están pasando por lo mismo que tú. Están demostrando ser todo un ejemplo de integridad para muchos adultos. Muchos niños se adaptan y lo van llevando mejor que muchos adultos y sin quejarse tanto.

7 – VIAJAMOS EN EL TIEMPO

Viajamos en el tiempo. Este tipo de viajes en el tiempo pueden mitigar enormemente la preocupación. Cuando esto termine qué te apetece hacer, apuntamos una lista con todo lo que vamos a hacer juntos. Una lista de viajes. Viajamos en el tiempo a un futuro próximo en el que volvamos a ir al parque, visitar a los abuelos, tíos, primos, amigos… ellos lo están pasando mal, son muy emotivos y sociales y les hemos privado del cariño de los que más quieren, una situación para todos dura pero para ellos probablemente mucho más. Y aunque lo hacemos por su bien y porque debemos hacerlo no deja de ser menos dolorosa.

8 – NO MENTIR

No evites lo que le provoca la ansiedad. No le digas en una semana ya no estarás en casa porque si esto no es así, la situación lejos de mejorar puede empeorar, deja abierto que es una situación imprevisible porque debemos esperar a como se van desarrollando los sucesos. Procura no dar más información de la que te piden «darles toda la información o detalles, puede generar más agobio o ansiedad ante el tema.»

9 – REFORZAMOS

No te olvides darle un gran abrazo y miles de besos, llega el momento de reforzar. Dile lo mucho que le quieres y lo bien que ha sabido calmarse. Todos en algún momento nos sentimos así pero hemos aprendido a superar el momento y a esto se le llama crecer y nos sentimos muy orgullosos.

10 – UNA LISTA 10

Preparamos una lista de verificaciones ¿Qué significa este punto? Pues que vamos a comprobar los 9 pasos que hemos dado para conseguir el estado tranquilo. Cuando la sombra del nerviosismo o ansiedad aparezca de nuevo el mismo tendrá las herramientas necesarias para calmarse ¿Sabes qué hacen los pilotos entrenados cuando se enfrentan a una situación de emergencia? Pues como no puede ser de otra forma verifican su lista de control de emergencias y esta a partir de ahora será la nuestra.

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