PASARELAS DEL RÍO MAO

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Cuando se habla de la Ribeira Sacra a todos se nos viene la foto de los cañones del río Sil. Nosotros habíamos ido a visitar esta zona muchas veces (pronto contaremos nuestra experiencia) , los monasterios, miradores y las zonas turísticas más salientables pero siempre nos quedábamos con ganas de más. como si nos faltara profundizar.

Esta vez queríamos sumergirnos en su interior, respirarla de verdad como hacen sus vecinos y vaya si mereció la pena, de hecho volveremos pronto ya que se han abierto muchas aventuras.

La primera parada para estirar las piernas ha sido en el monasterio de San Pedro de rocas, vamos siempre que visitamos esta zona. ya que en el centro de interpretación, a parte de tener réplicas de las cosas diarias de la vida de los monjes, tienen juegos para los niños, muy divertidos, para tocar y disfrutar así que a nuestros hijos les encanta.

Seguimos parando en los miradores, algo imprescindible,  el primero fue «A Galeana». Como ya os he contado nosotros le ponemos juegos a los  niños para hacerlo más ameno, en el mirador, por ejemplo había que encontrar la fuente y la «V»  ( un árbol cuyas ramas formaban esta letra perfecta). Desde aquí se puede divisar como el río Mao, vierte sus aguas al imponente sil con su forma serpenteada. La ruta de este río sería nuestro destino de hoy.

Carretera abajo, llegamos a la «fábrica de luz», este es el comienzo de la Ruta.

Este antiguo edificio se ha reconvertido en Albergue, sala de Exposición y museo y tiene una pequeña cantina.

La ruta tiene una longitud de unos 3 km, es circular y lleva más o menos 1 hora. A nosotros nos llevo algo más porque paramos a merendar y fuimos jugando ya que merece la pena detenerse a leer los carteles que explican la flora y fauna de la zona y encontrar ejemplos de todo.

Para  los niños muy entretenido ir por las pasarelas corriendo sin peligro y pararse con los juegos que te encuentras por el camino.

Al acabar las pasarelas, bajas hasta el río, que hace una pequeña playa, subes hasta el pueblo de Barxacova y ya se vuelve por la carretera hasta el coche.

La  ruta, impresionante, es el ejemplo, para nosotros, de respeto a la naturaleza e integración en el entorno, una de las más bonitas que hemos realizado.

Al acabar subimos hasta el pueblo de Cristosende (a 3 minutos) donde teníamos el alojamiento para seguir explorando al día siguiente.  Una casa rural super recomendable para ir en familia, acogen genial a los niños, te explican la zona y cuentan con zonas para estar viendo la puesta de sol relajados mientras los niños juegan en la cama elástica, los columpios, o leen los múltiples juguetes.

El viaje aún no había acabado así que pronto seguiremos contando.

«La familia os desea que disfrutéis de la magia de Galicia. ¡¡ah!! cuidado que engancha”

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