ISLAS CÍES EN FAMILIA

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Alguien me dijo una vez que a los niños pequeños no vale la pena llevarlos de viaje porque después se olvidan y no les sirve de nada… en nuestro caso hemos hecho todo lo contrario y desde bebés nos han acompañado a todos los viajes, tanto los largos como las rutas de fin de semana para disfrutar de paisajes más cercanos. Pues bien, esos niños ahora ya son mayores de edad y, aunque es cierto que no recuerdan muchos detalles de todos los viajes, también es verdad que les ha quedado ese gusto por disfrutar de los paisajes naturales en general y los de nuestra querida Galicia en particular. Y qué mejor para compartir en familia que uno de nuestros paraísos más especiales: las Islas Cíes son un lugar único al que les llevábamos de pequeños y al que ahora tienen un cariño especial.

La reserva del camping no fue difícil, en contra de lo que se podría pensar dado la afluencia de turistas en el mes de Julio. Se reserva a través de la página oficial del camping: www.campingislascies.com . Aquí podéis reservar una tienda simple (dos personas) o doble (cuatro personas), pero si tenéis tienda propia os saldrá mucho más económico reservar la parcela, con la ventaja de que en temporada alta no tenéis un mínimo de noches estipulada, que será de dos noches en caso de reservar tienda. Una vez hecho el pago del camping (mitad se paga por internet al hacer la reserva y la otra mitad al llegar al camping) te envían un mail con un código de reserva de las plazas del barco, que se pueden coger en el mismo puerto de salida (en este caso Vigo) unos minutos antes de zarpar o a través de internet con más antelación (recomendable para evitar imprevistos).

Nosotros salimos del puerto de Vigo e hicimos una parada en Cangas para recoger a más gente, tanto a la ida como a la vuelta. El viaje se hizo corto aunque el tiempo no acompañó mucho ese día y, debido a la niebla y amenaza de lluvia, en la parte exterior del barco (que es donde más se disfruta de las vistas) no era muy agradable estar.

Una vez en Cíes nos dirigimos al camping, aunque la entrada está fijada a partir de las 15:00  y nosotros llegamos sobre las 11:00, tuvimos la suerte de que la tienda ya estaba preparada y pudimos dejar todo allí, aunque en caso de no estar libre, allí mismo tienen unas tiendas almacén donde dejar el equipaje mientras se espera a la hora de entrada.

Como el día no estaba muy claro descartamos la playa y aprovechamos para hacer todas las rutas posibles ese día, el tiempo era ideal para disfrutar del paseo ya que si hace mucho calor es muy pesado realizar alguna de las rutas largas. Empezamos en primer lugar por la «Ruta del monte Faro».

 

Por el camino nos encontramos con varios desvíos que puedes tomar para ir a otros puntos de interés como la playa de Nosa Señora, el observatorio de aves, etc., así como espectaculares vistas de paisajes que parecen de cuento.

El monte Faro es el punto más alto de las Islas al que se puede acceder. Debemos tener en cuenta que Cíes está dividido en tres zonas: la que se puede visitar, la que sólo pueden acceder profesionales para su estudio y una totalmente restringida a la que está vetado el acceso para su conservación.

El faro de Cíes es el faro gallego cuya luz está a más altura sobre el nivel del mar (180mts. aprox).

 

El camino se hace duro en su tramo final, ya que son 7 km ida y vuelta, de ahí la conveniencia de hacer la ruta en un día poco caluroso. Compartir la ruta en familia es toda una experiencia y divisar el faro en lo alto con su característica subida en zig-zag compensa el esfuerzo.

 

A la vuelta al camping nos decidimos por perder el menor tiempo posible en la comida y continuar con las rutas. La mejor opción fue coger algo para comer en el supermercado, tienen de todo: pan fresco, embutidos varios, pasta, bebida, bollería, artículos de aseo personal… todo lo que te puedes encontrar en un supermercado normal pero a un precio algo más elevado, algo lógico al tener que transportar toda la mercancía en barco. 

Después de comer y hacer un breve reposo en la tienda de campaña nos decidimos a hacer otra de las rutas: Ruta del Alto Do Príncipe, una ruta de 3km con varios desvíos para playas como la de Figueiras.

Al llegar al Alto Do Príncipe nos encontramos con unas vistas increíbles sobre el océano atlántico, que podemos observar desde la llamada «Silla de la Reina», una formación rocosa con forma de silla al borde del acantilado.

 

Después de esta ruta y ya acumulando cansancio aprovechamos para pasar un rato en la playa de Figueiras de camino al camping, para después darnos una ducha y disfrutar de la puesta de sol.

Las duchas funcionan con monedas, en el camping te dan una moneda por día y persona con la que podrás obtener 3 minutos de agua caliente y, en caso de que sea insuficiente y no quieras ducharte en agua fría, tendrás que poner tú de tu bolsillo. Con la moneda que te dan y con una de 20 o 50 cts. a mayores te duchas perfectamente.

Una vez duchados y fresquitos nos fuimos a ver la puesta de sol desde el Observatorio de Aves, pasando por la «Pedra da Campá», modelada por la climatología de la Isla.

Una de las cosas que siempre sorprende, por más veces que vayas, es la gran cantidad de gaviotas que anidan en los acantilados de las Islas, de hecho alberga una de las colonias más numerosas de gaviota patimarela de Europa, la más nutrida de España de cormorán moñudo, las parejas pioneras de gaviota sombría, y con los últimos especímenes sedentarios de arao común. Este es uno de los motivos principales de declarar Parque Nacional a las Islas.

Una vez en el observatorio de Aves podemos disfrutar de una puesta de sol mágica hacia el Oeste y, girando la cabeza hacia el Norte, podrás ver la «Ensenada Do Lago», un puente artificial que une dos de las tres islas.

De vuelta al camping nos dirigimos a cenar al restaurante, la verdad es que llegamos al límite porque cierra a las 23:00 para las cenas, aunque también tiene una cafetería debajo que está abierta hasta la una (hora de silencio del camping hasta las 9:00), estos horarios varían según sea temporada alta o temporada baja. En el restaurante te encuentras una carta bastante amplia, más pescado que carne, marisco…

La noche fue tranquila y sin incidentes, la gente respeta el horario de silencio.

Por la mañana, aunque la idea era madrugar para ver el amanecer y aprovechar para hacer algunas fotos, la cosa estaba difícil por el cansancio y optamos por aprovechar que la tienda estaba orientada al este y verlo desde allí para seguir descansando un rato más.

Como el supermercado no abre hasta las 10:00 y el día anterior se nos pasó coger algo para el desayuno, esperamos a esa hora para ponernos en marcha y, mientras, nos acercamos a un mirador que hay cruzando el camping, un lugar mágico. 

El día amaneció despejado y con un cielo azul espectacular, por lo que decidimos disfrutar de una mañana de playa en la más bonita del mundo… la playa de Rodas.

 Desde el camping hay un caminito por el cual llegas en 5 minutos y en el que te encuentras con el cementerio municipal (1927).

Volvimos al camping para comer y aprovechamos para reservar una de las actividades ofertadas en la Isla: La Ruta “Starlight”. En la caseta de información del camping reservas (con un precio de 5 euros por persona) y te dan un resguardo que presentarás a la hora y lugar indicado.

Por la tarde volvimos a la Playa de Figueiras, en la que el día anterior habíamos estado solo un rato, esta playa es nudista, aunque la mayoría de la gente que está allí no practica nudismo.

Después de la playa y una ducha, a las 21:15 nos fuimos al self-service que nos ofrece el camping. Aquí no hay mucha variedad, pero si os apetece comer algo diferente a lo que encontráis en el supermercado y más asequible que en el restaurante es una buena opción. Tienen ensaladas varias, pizzas, pasta, milanesa con patatas, empanada y tarta y yogures de postre. Recomendable ir sobre las 21:00 porque más tarde hay demasiada gente y las colas son insufribles, sobre todo si van niños pequeños con hambre. Desde el comedor se puede disfrutar de las vistas a la Ensenada y las dunas detrás de la playa de Rodas.

La puesta de sol de este día es inolvidable, la vimos desde la ensenada del lago donde la gente se sienta a lo largo del puente para disfrutar del espectáculo mágico.

A las 23:00 teníamos cita en el Centro de Interpretación, donde la guía nos esperaba para hacer una presentación a modo de introducción de la ruta Starlight, algo novedoso que decidieron añadir para dar más información astronómica a la gente interesada en la ruta. La noche estaba estupenda para disfrutar de un cielo plagado de estrellas. El único inconveniente era el brillo de la luna, que esa noche tenía tal intensidad que no dejaba ver muy bien las estrellas que tenía a su alrededor. Si prestas atención a las explicaciones acabarás como mi hija, siendo una experta en estrellas y constelaciones….

A la mañana siguiente nos disponemos a abandonar la Isla con el sentimiento de siempre: “ha sido poco tiempo “.

Es una experiencia maravillosa para compartir en familia y especial para todos los que amamos y respetamos  la naturaleza y nuestros maravillosos paisajes, y así se lo hemos inculcado a nuestros hijos.

Os lo recomiendo 100% BEATRIZ SOTELO

ISLAS CÍES EN FAMILIA 

PETISCOS GALEGOS

 

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