Esta vez nos gustaría seguir contando nuestro fin de semana en la Ribeira sacra.
Si el primer día las pasarelas del río Mao nos dejaron con la boca abierta, el día que nos esperaba no sería para menos.
Por la mañana decidimos hacer con los peques el recorrido en barco por el cañón. Yo siempre había hecho la ruta desde San Lorenzo pero esta vez nos recomendaron la que sale de Doade (provincia de Lugo) que está a solo 20 minutos de Cristosende, lugar donde nos alojamos.
La verdad que no decepcionó, este tramo es más espectacular que el de San Estevo, hay más variedad de paisaje, lo explican genial y durante el viaje nos pondrán a prueba a todos, buscando obispos, indios, monjes…muy entretenido. Decir que la tripulación del barco y la guía geniales en todo momento. Esta ruta cuesta 9€ adultos, niños de 4 a 12 años 5€ y menores de 4 gratis.
Un consejo, si vais llevad ropa de abrigo para poder hacer la ruta en los asientos de fuera.
Al bajar del barco paramos a comer muy cerca para reponer fuerzas justo al lado de otro mirador, el de matacás, este no lo conocíamos. Es el comienzo de un sendero que lleva a las penas de matacás, así que a recorrer el pequeño camino que nos dará otra visión del río.
Pero aún quedaba lo mejor; a 5 minutos de este mirador se encuentra la pequeña ruta de las fervenzas do Cachón.
Cuando empezamos la ruta no sabíamos que sería tan especial para los niños. Nada más comenzar nos encontramos una ranas a la orilla del camino, lejos del agua que centraron la atención de los niños ya que vimos unas 5 o 6.
Nuestra peque encontró una cueva en el camino y como llevaba «su mochila de Andar» (ya os contaré que es esto) sacó su linterna y se puso a explorar dentro de la pequeña madriguera y… si, su habitante salió a saludar!! Un pequeño conejo que hizo más bonito el camino.
Pero no fue todo, siguiendo el camino los ojos de nuestra hija nos fueron enseñando que las pequeñas pozas en las rocas, eran las bañeras de duendes;
unos duendes que vivían en un tronco hueco que encontró en la última cascada y donde se sentó a esperar que salieran ya que se habían escondido en las cuevas de la cascada para que los humanos no los molestasen.
Y así fue como este bosque que parecía una pequeña ruta sin más, se transformó en el más bonito bosque encantado.
«La familia os desea que disfrutéis de la magia de Galicia. ¡¡ah!! cuidado que engancha”