Leite preso o leche cuajada en castellano

O leite preso o leche cuajada en castellano, no es otra cosa que leche fresca de vaca que se deja a temperatura ambiente tapada con un trapo, para que cuaje por sus propios medios sin añadir ningún tipo de cuajo, las propias bacterias de la leche harán la magia.

Antiguamente en las casas gallegas de aldea donde había vacas ponían a prender la leche fresca recién ordeñada, era el yogur de la época, aparte si se ponía a desorar una vez cuajado, se convertía en requesón buenísimo, como la leche tenía tanta nata al ser leche fresca recién ordeñada sin tratar la nata subía hacía arriba, esa nata se quitaba para hacer manteca de vaca u otras cosas, pero si se dejaba en el leite preso estaba mucho más sabroso, mi madre sigue suspirando por él, ya que hoy en día es prácticamente imposible conseguir leche de vaca recién ordeñada.

El otro día preguntando a mi madre sobre todas estas recetas de aldea, hablamos de esta leche cuajada, se me encendió la luz y me dispuse a hacer el siguiente experimento, hacer leite preso con leche fresca del supermercado, ya que la recién ordeñada es misión imposible conseguirla, tengo que decir que estoy muy orgullosa, ya que se la he llevado a la experta catadora que no es otra persona que mi madre, y ha pasado las pruebas, me ha dicho que está muy lograda. Bueno vamos allá con las indicaciones.

Contenido

LEITE PRESO

INGREDIENTES

1 botella de 1500 ml de leche fresca
1 bote pequeño de nata fresca

Nota importanteque tanto la leche, como la nata, sean frescas, se encuentran en refrigerados, no sirve la leche ni la nata normal, ya que no poseen estas bacterias de las que ya os he hablado.

PREPARACIÓN

Se pone la leche y la nata bien mezcladas (yo pongo nata para conseguir que la leche se parezca más a la leche natural recién ordeñada) en un recipiente tapado con un trapo limpio, se deja en un sitio tranquilo sobre dos días o hasta que ocurra la magia, esto va a depender de la temperatura a la que está la estancia donde tengamos la leche a cuajar.

Antiguamente se decía que si había tormenta se podía cortar la leche, se deja hasta que la tengamos cuajada tiene que tener un olor un poco ácido, pero agradable, si huele muy fuerte y el olor nos resulta desagradable desechar, ya que se habrá cortado, con la textura pasa lo mismo si no tiene una textura cremosa al mezclar y por el contrario tiene una textura granulosa o de hebras también desechar.