Los concellos de Covelo y Mondariz se encuentran divididos por un obstáculo natural que es el río Tea. El río, debido a su caudal, se hace difícil de vadear según la época del año. Para ello, desde tiempos remotos se han habilitado diversos puentes y pasos para lograr este objetivo.
Además el río era atravesado por diversas rutas de arrieros que recorrían la comarca provenientes de las orillas del Miño en dirección al norte de Galicia. Varios puentes de origen antiguo lo cruzan, como el puente de las Partidas, el de los Remedios, el de Cernadela y otros más pequeños como el de Fofe o el de Abuíña.
En diversos lugares del río, debido a la dificultad y el gran coste que entrañaba la construcción de puentes en lugares de difícil acceso, se habilitaron diversos «pasos» o «poldras» sobre el río en forma de piedras intercaladas y dispuestas a una distancia entre ellas que hicieran que fuera posible el paso entre unas y otras con el fin de alcanzar la otra orilla.
También eran utilizados para la pesca, que antaño era uno de los motores económicos de toda la cuenca del Tea. Peces como la lamprea, la trucha o el salmón, alimentaban antaño a la población. Sobre la antigüedad y origen de los pasos, hay quién asegura que tienen pasado romano o incluso anterior.
Uno de estos pasos son los de Tatín y los de Lourido y Casteláns a en el concello de Covelo. Los pasos de Tatín se localizan en Outerelo, en la parroquia de Lougares y permitían el paso sobre el Tea y ahorrar a los vecinos de Lougares y Sabaxáns un gran rodeo ya que el puente más cercano tanto río abajo como río arriba está a dos kilómetros.
Junto a los pasos encontraremos un pequeño molino «de canle» restaurado en donde podremos ver la moega, a caixa de fariña y un pé y una moa, que quizás fueran las originales. Sobre los dinteles de la puerta veremos un par de cruces de protección.
Para llegar hasta los Pasos de Tatín debemos tomar la PO-261 que une Mondariz y Covelo. A tres kilómetros de Mondariz encontraremos una gran aparcamiento y unos metros más abajo empieza la pista de tierra que debemos recorrerla a pies y que nos llevará directamente a los pasos.
En verano la zona reúne a un buen número de personas en busca de un chapuzón refrescante en las cristalinas aguas del río Tea.
Un lugar precioso, con aguas cristalinas en un entorno natural, realmente mágico.