Torre de San Sadurniño

Torre de San Sadurniño

En frente al posiblemente barrio más viejo de Cambados, San Tomé, se encuentran en una pequeña isla llamada «A Figueira», los restos de lo que en su día fue una fortaleza medieval. Tan sólo quedan en pie dos muros de una torre que es lo que hace que hoy en día la llamemos Torre de San Sadurniño. La isla se haya unida al marinero barrio de San Tomé o Vila Vella por un estrecho y largo puente recientemente reconstruido que mide más de 170 m.

Torre de San Sadurniño

Barrio de Santo Tomé

Merece la pena dar un paseo por el barrio de Santo Tomé y admirar las viejas casas marineras recientemente reformadas por el plan estatal de viviendas 2005-2008. El barrio conserva una tipología tradicional de villa marinera y se localiza enclavado sobre las mismas rocas de la costa. Aquí se encuentra también la playa de la Mouta que cuando la marea está baja se puede acceder prácticamente andando desde ella al pequeño islote donde se ubican los restos históricos. Cuando hay bajamar podremos ver cientos de mariscadores en plena faena.

Puente de la isla y barrio de San Sadurniño

Historia

Según el historiador Caamaño Bournacell la primera fortificación existente en la isla data del siglo X, en la época del obispo de Santiago Sisnando.

Debido a los ataques normandos de los siglos X-XI el conocido arzobispo de Santiago, Diego Gelmírez, adquirió y mandó reconstruir la fortaleza (s.XI), ya que se encontraba en una posición estratégica, controlando la entrada de la Ría de Arousa. En lo alto de la torre se encendía una hoguera para que desde la fortaleza de la Lanzada o las Torres de Catoira fuera vista y así avisar la población de posibles ataques vikingos.

Illa da Figueira

Este sistema fue muy empleado en tierras gallegas durante la baja edad media y a buen seguro que sirvió para salvar muchas vidas y poner fuera del alcance de los enemigos el alimento o las riquezas de la población. Luego, en el siglo XIII, pasó a manos del poeta, militar y gran marinero Paio Gómez Chariño de Soutomaior, conquistador de Sevilla para la Corona. Un siglo después, sobre 1467, a consecuencia de la revolución irmandiña la torre fue derribada. Unos años más tarde fue de nuevo reconstruida por el señor de Sobrán y Señoráns, Suero Gómez de Soutomaior, hermanastro del famoso Pedro Madruga.

Restos de la torre

Grandes personajes históricos como Urraca de Castilla y León, la infanta de Hungría María Gómez, Xoana de Castro o María Ulloa se aposentaron bajo los muros de la torre de San Sadurniño. Hasta el siglo XVIII estuvo en posesión de los descendientes de Chariño hasta que Martín Domingo de Guzmán y Niño vendió el señorío al primer marqués de Montesacro, Diego de Zárate y Muga quién lo mantuvo hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX. Se dice que hasta hace poco más de un siglo aún se conservaban los cimientos de una pequeña capilla dedicada a la virgen, pero hay quién dice que también se veneraba a San Sadurniño, que sería quién dió el nombre a la torre. En 1755 el gran terremoto de Lisboa derribó parte de la fortaleza y la fachada de la capilla.

Restos de la fortaleza

Hoy en día tan sólo se conservan dos muros de una torre de San Sadurniño que en su origen constaba de tres cuerpos. Se pueden apreciar las dimensiones del espesor de los muros de la torre, así como unas ventanas y lo que más llama la atención que son los restos bien conservados de una chimenea en la planta 2ª. Esto y alguna piedra desperdigada en la zona es lo único que ha llegado hasta nuestros días.
Los restos fueron protegidos por Decreto del 22 de abril de 1949 y por la ley de 16/1985 sobre el patrimonio histórico español.

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