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A Cerquiña

En la tierra de San Martín de Ladróns, en Achas y junto al río Deva, se ubica un asentamiento histórico de características únicas en Galicia. Separados por el río y a una distancia de tan sólo 200 se levantan un castro conocido como A Cidade o de As Grades y una especie de antigua fortaleza o campamento del que no sabemos, por falta de estudios en la zona, de que siglo data. La toponimia nos indica que los lugareños conocen de sobra el recinto ya que se denomina «A Cerquiña» (La cerca pequeña). Desde el aire se observa una especie de recinto de forma elíptica de unos 17.000 m2 situado sobre un montículo de monte raso. Alrededor se observa como una vieja muralla compuesta de piedras y tierra que elevan el terreno circundante. El recinto se encuentra en una posición de difícil acceso, debido a lo escarpado de las pendientes que lo rodean que causa el valle del Rego Senande. Además el fuerte se encuentra cara al castro de A Cidade, como desafiándolo. Entre estos dos un antiquísimo puente cruza el río Deva.

A Cerquiña vista desde el castro de As Grades
A Cerquiña vista desde el castro de As Grades

El recinto tiene incluso un lugar habilitado como entrada, en su lado NO. Dentro no se aprecia mucho, debido a la vegetación de monte raso, como tojos y silvas. Tan sólo se aprecian algunas rocas con síntomas de haber sido modificadas. Pero, ¿qué tenemos ante nosotros? Desgraciadamente, la falta de información y de estudios nos impiden reconocerlo fácilmente. Pero, sin embargo, este podría ser uno de los pocos casos donde la leyenda se podría transformar en realidad. Gracias a un estudio de Francisco Javier Fernández Nogueira pudimos conocer la leyenda y algo de información sobre este caso.

Según ella, el Castro de A Cidade estaba ocupado por un pueblo de mouros que dominaban todos los valles y montañas de los alrededores. Eran muy ricos y poderosos y sus soldados eran valientes y expertos luchadores. Cuenta la sabiduría popular que los cristianos se hicieron fuertes junto al castro. Para ello construyeron una pequeña fortaleza desde la cual se podría ver y escuchar todo lo que acontecía en el poblado de As Grades y así aprovechar el mejor momento para expulsar a los mouros de sus tierras. Sin embargo era tarea muy difícil, a causa de los bravísimos guerreros y a las grandes y numerosos aspectos defensivos que tenía su poblado. Los mouros incluso contaban con la ayuda de pueblos vecinos y en varias ocasiones «escorrentaron» a los cristianos. Un día, los cristianos aprovecharon la debilidad de uno de los flancos del poblado y lograron expulsar a los mouros del castro. Después el poblado pasó al lugar que se denomina Deva de Abaixo, donde hace pocos años aún existían diversas construcciones en forma de bancos de piedra de edad desconocida.

Así pues, podríamos asimilar la leyenda, pero convirtiendo a los cristianos, quizás en romanos y a los mouros en el pueblo galaico que habitaba primitivamente la zona de San Martín de Ladróns. Todo aquello que el habitante rural no conocía sobre su origen era achacado a los mouros, por eso en casi todos los sitios donde existen restos de ciudades castrexas o de emplazamientos neolíticos existen leyendas sobre los mouros. Los romanos podrían ser considerados cristianos, pues hay que pensar que en el siglo III el cristianismo ya estaba bastante arraigado en el imperio romano.

En efecto A Cerquiña está en una posición dominante sobre el castro y este sería un buen sitio desde donde bombardear A Cidade con catapultas a todas horas, incluso por la noche. En el lado E existe un rebaje sobre el terreno que da la impresión de haber sido emplazada una catapulta o algún aparato de guerra similar. En el castro de Achas aún se pueden encontrar piedras grandes de forma redondeada, posibles proyectiles de los romanos. Además A Cerquiña adquiere las dimensiones de un oppidum romano y da la impresión de haber sido una construcción creada para la ocasión, de ahí la ausencia de restos dentro del recinto. También sabemos que los romanos no reparaban en la regularidad del terreno, pudiendo construir sus fuertes en lugares geográficamente abruptos, como en este caso. Si la leyenda es cierta estaríamos ante un pueblo que se defendió hasta el final y al que el Imperio Romano le costó mucho tiempo en dominarlos. También existe la posibilidad de que este emplazamiento fuera más antiguo y fuera el primitivo castro y que por alguna razón se trasladaran al de A Cidade.

La verdad es que es una pena que el Concello de A Cañiza no ponga en valor la zona, sabiendo que ningún concello en Galicia tiene dos construcciones históricas de estas características y las dos unidas por la leyenda, sobre todo si tenemos en cuenta que a menos de 1 km existe un camping y una piscina municipal en donde no existe ninguna referencia al castro.

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