Prado es un pequeño y olvidado lugar de As Neves en la parroquia de Vide «separado del resto del mundo» por el norte por la vía del ferrocarril Vigo-Monforte y por el sur por el Río Miño que hace de frontera con Portugal. Quizás este lugar tan solo sea frecuentado por aventureros senderistas deseosos de conocer la totalidad del recorrido menos conocido del sendero de los pescadores de As Neves que pasa muy cerca de Prado y nos llevará hasta A Estación de Sela, ya en Arbo y que comunicaría con el sendero de este concello.
Este sendero no baja al fondo del valle y por ello nos perderemos una de las zonas más bonitas e interesantes del río Miño en el concello de As Neves, aunque sí disfrutaremos en parte de las vistas del valle.
Entre la vecina zona de Medáns y los límites del concello de Arbo nos encontraremos con los restos de una explotación minera de oro romana, un castro minero asociado a esta industria, una pequeña aldea abandonada y la presencia de una gran cantidad de pesqueiras centenarias sobre el curso del río Miño, todo ello decorado con unas espléndidas vistas del Miño y sus riberas.
En Prado aún se conservan concentradas en un pequeño tramo una gran cantidad de pesqueiras a orillas del río Miño. En las fotografías del Vuelo Americano de finales de los años 50 y antes de la construcción del embalse de Frieira se observan más de una docena de pesqueiras en un solo tramo de cerca de 600 metros.
Y esas pesqueiras son las que hemos ido a ver en esta ocasión. No es difícil llegar al cauce del río Miño, siempre que el caudal del río vaya bajo, ya que un ligero aumento nos impedirá probablemente llegar hasta ellas.
En el momento de nuestra visita el camino de bajada no estaba en buenas condiciones ya que se notaban los efectos de las últimas crecidas del invierno de 2020 y la presencia de numerosas especies invasoras como la acacia, que a veces hacen los senderos impracticables y que no nos permitieron recorrer gran parte de las pesqueiras.
Sin embargo merece la pena bajar hasta ellas y disfrutar de la paz que allí se respira, un lugar único en esta zona del valle.
Recordemos que las pesqueiras son estructuras de piedra tradicionales que se adentran en el río y que servían y todavía sirven para pescar diferentes especies entre las que destaca la famosa lamprea.