Cualquiera diría que esta pequeña iglesia de Mixós en Monterrei es uno de los grandes tesoros de la comarca y de toda Galicia. Sin embargesta iglesia de Santa María de Mixós o esconde una historia que haría envidiar a muchos de los templos centenarios, y lo decimos por su antigüedad. No en vano se estima su construcción en el siglo X, incluso antes de la llegada del grandísimo románico que embriagó a Galicia con sus formas arquitectónicas y escultóricas.
Es por ello una muestra de arte prerrománico, escasas en Galicia y en toda la Península. Se sitúa a tan solo 3 kilómetros del castillo de Monterrei, en un lugar que antiguamente adoptaba el nombre de Moixelos.
Su ubicación junto a una vía romana nos podría hacer pensar que sus inicios fueran en los primeros siglos de la cristiandad en Galicia. No solo esto, sino la presencia de elementos romanos integrados en la misma iglesia nos podrían llevar a esta fechas o en la existencia de un templo anterior a este, de origen galaico-romano o quizás romano. Sin embargo no tenemos referencias escritas hasta el año 1115, en donde se menciona una donación que el rey Alfonso VII hace al monasterio de Celanova, pasando posteriormente en tiempos de Carlos I, en el siglo XVI, a depender de Monterrei. Antes de su anexión a Celanova es posible que este templo estuviera vinculado a un monasterio benedictino que desconocemos.
El pequeño pero gran templo tenía originalmente tres naves rematadas con sus respectivos ábsides cuadrangulares por fuera y semicirculares por dentro, cuyo acceso desde la nave se realizaba por unos arcos de herradura. Las naves se separaban entre si por medio de pilares de sección cuadrada que sostenían los arcos. Con motivo de las restauraciones comprendidas entre los siglos XV y XVI es posible que se optara por dejar una nave única y se modificara la cobertura.
La cubierta es y sería de madera ya que carece de contrafuertes para sostenerla. Los arcos de los ábsides poseen tendencia a la herradura y están retranqueados con respecto a la línea de impostas en la que se apoyan, características típicas de arte visigodo junto con el peralte que presentan y el despiece de las dovelas. Encontramos también tendencia al arte mozárabe y una tipología similar a las iglesias asturianas.
Así nos encontramos con estilos que comprenden desde VI al XI, es decir el tiempo que abarca el prerrománico peninsular. Las pequeñas dimensiones del templo y las escasas necesidades de agrandarlo nos hace pensar en una construcción unitaria que comprendería estos rasgos arquitectónicos y no a un proceso de de añadiduras ni reconstrucciones posteriores que contribuirían a hacer un templo híbrido.
Las bóvedas que cubren los ábsides son de aristas y están hechas de ladrillo, presentando en su arranque una decoración de dientes de sierra muy similar a la utilizada en San Miguel de Celanova. Existe un contrafuerte en la esquina del ábside, un lugar inusual, que explicaría las malformaciones técnicas de su construcción y la necesidad de este elemento arquitectónico. En 1960 se realizaron excavaciones que dejaron constancia de la existencia de dependencias y edificios anexos. En el interior del templo de Mixós podremos ver hasta dos aras romanas formando parte del mobiliario y de las paredes.
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Totalmente de acuerdo. Merece la pena la visita y escuchar al guía Nelson. Te lo cuenta tan bien que te sumerges sí o sì en la historia. Una visita guiada genial que no os decepcionará. Gracias Nelson!!!
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