Por la parroquia de San Lourenzo de Ponte Veiga en O Carballiño discurre el río Arenteiro. Es aquí uno de los inicios del hermoso paseo fluvial que se podría empezar por el conocido como Ponte Longal de Ponte Veiga, de origen medieval. En algunos escritos de principio del siglo XIX se le denomina también Ponte da Veiga.
El puente es de un solo arco y se apoya en dos paredes rocosas en donde el río se encajaba. El arco es ligeramente apuntado lo que podría demostrar su origen medieval y lo que provoca que la rasante sea en el característico lomo de mula. Conserva un pequeño arco de medio punto a modo de aliviadero en caso de crecida extrema.
Sobre su cronología podríamos considerarlo del siglo XIV o XV con una restauración en el siglo XVIII. El arco principal tiene una luz de 8,7 metros y el secundario no sobrepasa los 1,5 m de luz.
Por el puente de Ponte Veiga salía el camino norte desde O Carballiño que llegaba a la cercana Veiga, que estaba a unos pocos metros de este puente. Allí existía un cruce de caminos desde donde poder elegir para ir a Pontevedra, a Santiago o a las tierras de Chantada y Lugo. Era un paso muy transitado para los arrieros que llevaban todo tipo de mercancías y sobre todo vino para abastecer a los grandes burgos, nobles y al clero de los grandes centros religiosos.