No son muchas las villas gallegas con tanta monumentalidad histórica como Mondoñedo. En el centro de dicha villa, se asienta la denominada «catedral arrodillada», por su escasa altura y sus perfectas dimensiones.
Su diócesis se remonta hasta el siglo VI, durante el reino de los suevos en Galicia. Aunque realmente esta zona estuviera ocupada por un gran número de cristianos bretones llegados de Bretaña y que se asentaron en la comarca formando incluso su propio obispado. Su actual emplazamiento data de finales del siglo XII, ya que antes la sede se encontraba en la Basílica de San Martín de Mondoñedo, en Foz. En el siglo siguiente se empezó a construir la magnífica catedral de Mondoñedo con planta rectangular, tres naves y un sólo ábside semicircular.
Se encuentra algo alejado del mar debido a las frecuentes incursiones realizadas por los pueblos del Norte, como los normandos o vikingos que asolaron las costas gallegas durante siglos.
Al principio se utilizó el románico, pero con el tiempo se impuso el gótico ojival, apuntándose los arcos y las bóvedas convirtiéndose en crucería, excepto la de la cabecera que mantuvo sus orígenes románicos. Durante el siglo XVI se amplían las ventanas y se construyen las vidrieras que las cubren. El coro del maestro Fadrique de Guzmán pertenece también a este siglo. En él, se representa la degollación de los Inocentes durante el reinado de Herodes y escenas de la vida de San Pedro.
En los siglos XVI y XVII se hace una variación de la planta del templo, construyéndose una girola y varias capillas absidiales. La sacristía se cubre con una bóveda estrellada. El claustro de la catedral de Mondoñedo es de 1636, construido por Diego Ibáñez Pacheco y se puede considerar como una continuación del estilo herreriano, basado en el Escorial y sobre todo en el Colegio de la Compañía de Monforte de Lemos. La iglesia consta de una sola planta con columnas dóricas que sostienen 52 arcos de medio punto. La galería se cubre con bóvedas de cañón, realizadas de mampostería de pizarra que se refuerzan con arcos fajones sostenidos por pilastras lisas. La fachada se reformó en el XVIII en estilo barroco, reformándose también las torres.
En 1902 fue declarada Monumento Nacional y el mismo Juan XXIII la nombró basílica en 1959. En su interior se encuentra el museo catedralicio y diocesano de «San Cristóbal», fundado en 1969.
No podemos dejar de perdernos por las calles medievales de Mondoñedo y disfrutar de las ferias medievales que aquí se celebran.