En el lugar donde desemboca en cascada el río Xabrega sobre los cañones del Sil, en Os Chancís, existe un pequeño montículo de 337 metros en donde se asentó una primitiva civilización. Se trata de los restos de un poblado castrexo que ha sido en parte excavado por los Obradoiros de Emprego de Sober y en donde han aparecido diversas piezas de cerámica. Es el denominado Castro de Xabrega.
Del castro de Xabrega aún se pueden apreciar dos fosos, varias viviendas, un almacén, una calle empedrada y parte de una muralla en la empinada ladera. Además de los fosos, el castro, mantiene una buena situación defensiva con grandes desniveles en sus dos laderas. La croa parece allanada y se aprecian esparcidas muchas piedras del poblado. Desde el castro se aprecian unas fantásticas vistas de una parte de los cañones del Sil y se dice que pudo ser un emplazamiento romano de vigilancia de un paso existente en esta parte del río por donde circulaba el denominado como Camiño Novo. De este, cuando el embalse lleva poca agua o está casi vacío, aún se puede ver los pilares del puente.
La zona se encuentra muy alterada ya que buena parte del material histórico fue empleado para construir y nivelar los «socalcos » (terrazas) creados para el cultivo de la vid, fruto tan apreciado por sus vinos en A Ribeira Sacra. Parte de estos balcones han sido recuperados por los Obradoiros de Emprego Terras de Amandi.
Este castro es uno de los numerosos asentamientos castrexos, concretamente 21, que se levantan en tierras del concello de Sober y que se sitúan sobre todo en las estribaciones de los acantilados del cañón del Sil.
Muy cerca están los miradores de Xabrega y de Os Chancís y un bello conjunto de molinos sobre el río Xabrega.