En A Serra das Travesas se alza el mítico Monte Cido que alcanza los 948 metros. Sus cimas, repletas de castros, su situación, su toponimia y sus leyendas, han llevado a algunos a afirmar que este pudo ser la localización de la famosa batalla del legendario Monte Medulio, en donde los pueblos galaicos se refugiaron en un intento desesperado de defenderse del todopoderoso Imperio Romano.
La montaña está rodeada por pequeños arroyos que forman profundos valles. Al norte tenemos el Rego do Carrazo do Muiñuelo que separa a este de un pequeño montículo rocoso y piramidal de 929 metros de altura en donde se conservan los restos del Castillo de O Carbedo, nombrado por el Licenciado Molina en el siglo XVI como la Fortaleza de O Courel.
Sobre el origen del catillo de Carbedo no sabemos mucho, tan solo tenemos las primeras referencias en el siglo XII cuando cuentan que perteneció a Nuno Peláez y que fue cedido por este a la Orden de Santiago quienes se ocupaban entre otras cosas de velar por la seguridad de los peregrinos que circulaban por el camino que unía Samos con el Bierzo, que pasaba a los pies de este castillo.
A partir del siglo XVI el castillo de Carbedo entró en decadencia y pronto quedó en la ruina hasta nuestra época. Existen varias leyendas que nombran al Conde de Lemos y a Ildara. También se cuenta que los monjes de Samos escondieron cerca del castillo a Alfonso II o Casto, hijo de Froilán, que huía de su primo Aurelio.
El castillo que se alza sobre una gran roca y del cual se mantiene los restos de una torre circular, diversos muros y un aljibe. Por fortuna la torre eléctrica que «adorna» las imágenes fue retirada en 2019 tras el soterramiento de la línea eléctrica.
Debemos saber que cerca de estos restos del castillo de Carbedo se encontró una tabla de hospitalidad del año 28 a.C ubicada actualmente en el Museo de Lugo.
Según la tradición oral la pequeña montaña albergó un yacimiento romano y antes fueron los «mouros» la que lo habitaron. Casi seguro que existió un castro en este lugar que haría cierta la idea de «os mouros». La constante presencia romana y los restos diseminados en forma de minas y emplazamientos romanizados en todo O Courel tampoco haría difícil el uso de este castro por parte de los romanos o posteriormente de la población galaico-romana.
Muy cerca está el Mirador de Mostaz, la Mina Romana de A Toca o el Castro da Torre.