El castro Penedos dos Mouros, también conocido como castro de Lourido o Castro de Soutolobre, es uno de los yacimientos arqueológicos más fascinantes del sur de la provincia de Pontevedra, muy diferente a todo lo que estamos acostumbrados a ver. Se localiza en Salvaterra de Miño, entre laa parroquias de Lourido y Soutolobre y en una zona conocida por los vecinos como Os Castros.
La singularidad de este yacimiento de Penedos dos Mouros no reside solo en que sean los restos de un castro, ya que podría haber más de 3500 asentamientos en el noroeste peninsular. Sin embargo, para nosotros, profanos en arqueología, pero que hemos escudriñado decenas de castros, excavados o no, el lugar es apasionante, ya que poco se parece a la mayoría de los castros que conocemos.
Para nosotros, uno de los motivos de su singularidad reside en la adaptabilidad de las viviendas al entorno, a su geología y sobre todo a la extensión del yacimiento que comprende diferentes contextos arqueológicos.
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Qué sabemos
Por suerte para el entusiasta, existen en la actualidad numerosos estudios arqueológicos y de gran calidad de numerosos yacimientos castrexos al alcance de cualquiera en internet. Sin embargo de este castro y de los otros vestigios históricos que lo rodean no parece haber mucho y no será por la espectacularidad de sus restos que bien se aprecian a simple vista. Aunque por supuesto que tendríamos que investigar mucho y más a fondo (pero hay quién lo haría mejor), lo poco que encontramos reside en la mención de Xabier Moure en su post de Castros de Galicia, en donde nos describe una pequeña reseña del Castro de Lourido de Salvaterra de Miño. Ese castro fue el que quisimos conocer, esperando un castro más, una historia más que contar.
Revisando el PXOM de Salvaterra de Miño nos encontramos con dos grandes sorpresas más en el conjunto arqueológico del castro de Lourido. Allí nos hablaban de una posible mámoa y ni más ni menos que de los restos de una villa romana con hipocausto apenas estudiada, cosa que hemos ratificado en el blog Arqueovigo de José Manuel Jesús Hidalgo.
Por eso resultó que nuestra visita al entorno se convirtió en un paseo por la historia, desde la época megalítica hasta la época en que los «mouros abandonaron el poblado y se fueron a la ladera». Además hemos tenido la grandísima suerte de que un vecino estuviera en el lugar correcto a la hora correcta y a él, Jose, le debemos agradecer el ver todos los restos que nos ha mostrado amablemente (imposible de otra forma) y las anécdotas que nos contó cuando de crío disfrutaba de todos esos rincones, rocas y cuevas en mejor estado y que aún hoy le gusta recorrer esperando un futuro mejor y una puesta en valor para este yacimiento.
Os contaremos lo que hemos visto y lo que no hemos localizado, así como los peligros que amenazan este yacimiento único.
El castro Penedos dos Mouros
Se trata de un castro catalogado con el número GA36050002 y que está datado en la Edad de Hierro. Sus restos se localizan sobre una vasta extensión en las laderas de una montaña de tan solo 149,9 metros de altura pero desde la cual habría (si no fuera por el entorno degradado) una gran panorámica del valle del Tea y de numerosos puntos históricos. Desde aquí podríamos ver lugares cercanos con restos arqueológicos como Monte Castelo de Pesqueiras, el alto San Cibrán de Guláns, Espicho do Faro, el castro de Altamira, San Nomedio o los castros de Salvaterra como el de Lira, Leirado o Santa Cristina. Además llegaríamos a ver O Galleiro, Galiñeiro, Monte do Faro en Valença, Peneda da Raínha y Castelo de Boivão en Monçao, Alto do Fojo, las proximidades de Castro Laboreiro, A Franqueira, el castillo de Sobroso, Faro de Avión y hasta los montes de Oia, Monte Aloia y el propio Santa Trega. Bajito pero matón. Todos los lugares que hemos nombrado mantienen restos castrexos y otros emplazamientos alto medievales.
El castro Penedos dos Mouros es también denominado como Castro de Lourido pero según el visor de la Xunta su cima dividiría las parroquias de Lourido y Soutolobre, ambas parroquias de Salvaterra de Miño. Su figura vista con el mapa hipsométrico está bien definida, diferenciándose muy bien sus fosos y sus terraplenes, así como su croa. Su extensión abarcaría en principio más de 40.000 m2. Sabemos que aquí se encontraron molinos de mano, clavos y otros muchos objetos que fueron expoliados por furtivos.
La croa
Empezamos por su fascinante croa, repleta de gigantescos penedos dispuestos y trabajados de tal forma que parecen formar una especie de estancia gigantesca similar a una enorme estructura megalítica en su lado suroeste que es conocida como Cova dos Mouros. Se accede a través de un curioso y estrecho pasillo en forma de «L» formado por la rotura artificial de grandes rocas en donde veremos el llamado «Burato dos Mouros», un simple agujero artificial en la roca con dos muescas por encima no exento de leyendas que luego veremos. ¿Sería para una puerta? A continuación llegamos a la «sala» en donde una gigantesca roca a modo de techo se apoya en tres puntos sobre las rocas que lo sostienen formando una gran estancia que podría coger a una docena de personas de pie sin problemas. Veremos como la roca de arriba fue partida, quizás intencionadamente para proteger más la estancia o por efecto del calor del fuego, ya que debajo justo está lo que parece ser el hueco para una hoguera.
Viviendas castrexas
Los restos de viviendas las encontraremos por doquier, mismo veremos estructuras de muros curvas debajo de los cobijos que forman las rocas aprovechando incluso las parte de arriba de estas como cubierta. Otras viviendas están en partes más bajas, hacia el oeste, en donde encontraremos casas semienterradas con buena parte de sus muros originales y los restos de miles de piedras desperdigadas por todas partes, sobre todo en este lugar.
Además de estas viviendas existen grandes penedos aprovechados para viviendas con marcas y rebajes para apoyar vigas y tejados.
Tégula
Por todo el yacimiento encontraremos miles de trozos de tejas, gran parte romanas, aunque otras semejan ser más antiguas. Hemos visto algunas semi enterradas que incluso podrían estar prácticamente completas. Desde la croa hasta en todas las laderas de las montañas, hay tejas en todos los rincones.
Cuevas y cavidades rocosas
Toda la ladera sur está repleta de cuevas y galerías formada por rocas en su mayor parte taponadas, pero como nos contaba Jose, no hace tanto, muchísimo más profundas. Algunas tienen incluso dos entradas, inferior y superior. Otro vecino más veterano con quién tuvimos la suerte de hablar, Pepe, nos contaba cómo de pequeño jugaba en las cuevas y que uno de sus profesores los guiaba en lo profundidad de ellas.
Debido a las leyendas de serpientes él no se atrevió a bajar pero sus compañeros bajaban por una galería desde la croa hasta el mismo río del valle en donde, sin necesidad de abandonar las galerías, podían tener acceso al agua del regato situado a unos 20 metros abajo. También nos contaba que en las paredes de la cueva existían inscripciones, para él ilegibles, y que le recordaban a escrituras árabes. Por desgracia, la mayoría de las cavidades, incluso esa, están taponadas parcialmente y no es posible su entrada. Él mismo nos contaba que se presentaría voluntario para ayudar a sacar la tierra con tal de poder acceder de nuevo.
El regato, presas y canales
Además de los fosos y terraplenes, en el lado meridional se localiza el estrecho valle que marca un pequeño regato que nace en las cercanías. Sorprendentemente, este pasa por debajo de grandes rocas, formando también cavidades que parecen haber sido formadas a propósito, muy similar a lugares que conocemos en Nogueira (Ponteareas) o cerca del Espicho do Faro en Salceda de Caselas. Por detrás de la gran piedra discurren canales que parecen artificiales que van a parar al paso del río en el interior de la cavidad. Nos contaba Jose que recuerda el canal en buen estado. Estos van a parar a una serie de presas, hasta tres consecutivas y construidas con una tosca mampostería. Bien es verdad que podrían ser estanques preparados para el riego de los campos de más abajo de épocas contemporáneas, pero la consecución de tres presas no tiene mucho sentido. Podríamos especular con labores mineras romanas o castrexas debido a los molinos encontrados en este lugar.
El regato defiende el lado sur del castro de Penedos dos Mouros y su gran inclinación hacen el resto. En algún lado hemos leído que los regatos que pasaban junto a los castros eran utilizados a veces en forma de defensa natural, creando una presa de agua que dificultaría el acceso a los invasores. Pero en este caso son solo simples divagaciones nuestras.
No es el único punto de agua, ya que del interior de la montaña nace otro regato afluente de este y que va a dar curiosamente a la cavidad del río. Además, al norte, existen manantiales de agua muy en la superficie.
Petroglifos
Hace tiempo que buscábamos petroglifos en el concello de Salvaterra de Miño y de momento tan solo habíamos encontrado un par de cruces probablemente relacionadas con canteras y de época contemporánea. Ya casi habíamos desistido de localizar alguno en este concello. Pero la verdad es que los teníamos bien cerca y todos ellos concentrados en un mismo lugar arqueológico.
En el castro Penedos dos Mouros encontraremos numerosas piedras con coviñas, incluso en las paredes de cavidades. Seguramente y por su tipología, estos serían anteriores a la ocupación castrexa, ya que lo más normal es pensar en un periodo de habitabilidad anterior al yacimiento castrexo. También veremos posibles molinos naviculares, cazoletas y numerosas muescas sobre las rocas relacionadas con las viviendas. Además veremos en las proximidades de la croa uno espectacular formado por dos grandes pilas del que no tenemos idea de su función.
También podremos ver diferentes inscripciones de fechas e iniciales de mediados del siglo XX.
Villa romana de Lourido
Como decíamos antes, descubrimos que en algún lugar de las proximidades del castro Penedos dos Mouros debería haber los restos de una villa romana que contaba con hipocausto y que no hace más que aumentar el valor de este yacimiento, aunque desde luego seguramente enterrada. El concello cuenta que se encuentra en el sector meridional, o sea en el valle del pequeño río, lo que tendría sentido para aprovechar el agua para la calefacción. Pero no hemos encontrado nada en este lado, posiblemente debido a la maleza o a un error en su ubicación.
Pero Jose nos llevó hacia el noroeste a una zona llana, a una distancia cercana a 250 metros fuera del recinto del castro. En el camino había más teja y más teja y en esa zona en concreto la teja romana estaba por todos los lados. No podemos asegurar que aquí estuviera la villa romana y de no ser así estaríamos hablando de una ampliación del castro hacia este sector, convirtiendo el poblado en una estructura enorme o puede que diferenciando niveles de ocupación en el tiempo. La toponimia nos habla de recintos en esta zona, O Coto do Pazo, O Cerrado do Alonso, o Eido Vello…
Cementerio vello y sarcófago
Nos cuenta Pepe que no muy lejos existía un cementerio antes de la construcción de la iglesia de Lourido, que ya es barroca, es decir, del siglo XVIII. Era el llamado cementerio de Tapias del que no sabemos su origen. Allí aparecieron numerosos sarcófagos de difícil datación que acabaron en diversas manos privadas. Gracias a Pepe hemos podido tener acceso a uno de ellos.
Dolmen o mámoa
El Pxom de Salvaterra de Miño habla también de otra estructura histórica en el yacimiento de Os Castros que se trataría de una mámoa. De momento no la hemos encontrado o eso pensamos, ya que sí vimos alguna estructura semejante pero que no podemos confirmar.
Asentamientos posteriores al castro
Bien es sabido por muchos que después de la invasión romana los pobladores de los castros abandonaron estos recintos, ya fuera obligados o buscando más facilidades en lugares mejor situados. Sin embargo se cree que muchos no fueron abandonados e incluso fueron recuperados en siglos posteriores y más a partir de la invasión de los suevos en el siglo V. Además, muchos de estos castros estaban emplazados en lugares muy estratégicos, como este, y por ello fueron utilizados como atalayas defensivas en diversas épocas.
Leyendas
Existen varias leyendas relacionadas con este castro Penedos dos Mouros. Una de ellas se refiere a la roca del Burato dos Mouros, en el pasillo de entrada a la estancia megalítica superior. Al tocar las paredes de la roca con un objeto parece escucharse un sonido metálico, que seguramente no sea más que el eco de la grieta. A pesar de eso, la leyenda nos advierte que en el interior de la gran roca podría «haber oro para enriquecer las siete parroquias o quizás veneno para todas». No sabemos a que siete parroquias se refiere exactamente.
Otra de ellas nos habla de serpientes que espantan a la gente y otra tradición oral que hace poco aún se contaba, era que «os mouros» bajaban de la montaña hacia la ladera de Lourido los días de feria para ir a comerciar con objetos de alfarería hasta que por fin allí abajo se instalaron. ¿Tendrá alguna relación con la cantidad de teja del lugar? Recordemos que os mouros en muchas leyendas de Galicia eran los habitantes de los castros y los romanos pasaron de ser invasores a ser los buenos cristianos.
Amenazas
Por desgracia y con impotencia observamos como este fabuloso yacimiento del castro Penedos dos Mouros se pierde cada día que pasa. Dejando a un lado los expoliadores y furtivos de siempre, el lugar está seriamente amenazado por el crecimiento sin ningún control de especies alóctonas, como eucaliptos y acacias que cubren densamente el yacimiento haciendo muy difícil el paso. Los incendios de 2017 dejaron el lugar herido de muerte y lejos de alguna actuación posterior, nada se hizo en los años posteriores.
Toneladas de ramas muertas esparcidas cubren parte del yacimiento como grandes hogueras esperando a ser prendidas de nuevo, cadáveres de troncos calcinados caen día a día sobre los restos históricos y aún por encima la maquinaria pesada que recoge los pocos ejemplares que puede aprovechar rompen con todo y desentierran los restos. Aún por encima existen nuevas plantaciones de pino en la croa y los eucaliptos que nacieron después del fuego están siendo preparados para su crecimiento. También la erosión de los incendios provoca que las lluvias arrastren arena y que taponen las cuevas.
Ya veis, para nosotros un yacimiento espectacular. Ojalá se tome consciencia de lo que hay en el castro Penedos dos Mouros y se tomen las medidas oportunas para proteger y estudiar la zona arqueológica.
Perdonad la calidad de las fotos, pero este lugar no es compatible con una cámara debido a la dificultad de transitar por su selva y descender por sus peñascos, aún así os aconsejamos ver el álbum y ver todas las fotos y detalles del castro.
Más fotos
Mapa – Localización
Noticias
- Año 2023: Por fin se realizan prospecciones y un pequeño pero detallado estudio del castro y en concreto de una de las zonas que más dudas presentaban. Se trata de una cabaña castrexa que tiene en su interior dos grandes bolos graníticos con diversos gravados en forma de coviñas y otros que según Francisco Herves podría representar una estela de guerrero, caso único en el NO peninsular. Las excavaciones fueron realizadas por la empresa de arqueología Fortes y Herves Asociados
Gran traballo de recopilación e divulgación do patrimonio Galego.
Gracias!!!
Moitas grazas!
Precioso reportaje, esto nos ayuda a entender y dar valor a lo que nos rodea, es una pena ver el abandono y el desinterés que existe por parte del estado y de la sociedad, de nuestro patrimonio histórico.
Gracias por divulgar los tesoros que nos rodean y recordarnos que no son invisibles y necesitan nuestra ayuda para no desaparecer.
Gracias a ti por valorar ese patrimonio!
Una pena ya fue por dos veces y no encontré ,mismo los vecinos nada saben explicar y cuando los pedimos información ,se ríen qué raro está en net.
Fotos preciosas, pero mi tiempo perdido a buscar y nada encontré.😎
Ya no eres el primero que me dices lo mismo de este lugar. Resulta cuanto menos curioso que los vecinos no sepan nada sabiendo que viven en el lugar de Os Castros y que hace tan solo dos o tres décadas aún se podían ver numerosas estructuras.
Yo estuve ayer con mis hijos. Fue fácil de encontrar con el mapa de Google que muestras en el artículo. A unos 150 mts., en el camino que sale a la drcha. de la primera curva de la carretera, tomas dirección a la izda. por un sendero que asciende hacia los penedos – que más que verse, se intuyen. Más o menos, otros 100 mts. Merece la pena, salvo por las pintadas que han estropeado estos históricos sitios y el abandono general del conjunto. Muchas gracias por poner a nuestro alcance tantos tesoros
Me alegro que lo hayas encontrado y mucho más por el interés en descubrirlo. Una pena lo que dices de las pintadas. Saludos y gracias!
Yo paseo alguna vez por allí con los perros.
Busque ahora más información, porque me parece un emplazamiento curioso. Y que casa vez que paso descubro algo nuev.
Una roca con la forma de una cabeza,un horno,escoria,…
Es una verdadera pena que la zona tenga tan poco valor.
Sí, aún menos mal que hicieron esa última intervención excavando la cabaña.