Uno de los motivos del retraso de la unión ferroviaria de A Coruña con el resto de la Meseta fue la intrincada orografía gallega. Uno de las más grandes dificultades fue la construcción del puente que uniría el macizo de cuarzo del Pico Sacro del Paso de A Cova, sobre el río Ulla, en el concello de Vedra. Para ello se diseñó en los años 30 del siglo XX un gran puente de 167 metros de longitud que contenía un gran arco de 52 metros de luz. Sin embargo no fue hasta 1958 cuando fue rematado. Es el denominado Ponte Gundián.
El puente actualmente sigue siendo utilizado por el tren aunque ha sido habilitado para su disfrute y por ello puede cruzarse desde el mirador o acceder desde la otra banda, por la pista que viene de la Capilla de Gundián. Gracias al espectacular paraje natural donde se encuentra y sus 90 metros de altura, Ponte Gundián es habitualmente utilizado por los amantes de deportes extremos como el “puenting”.
Debemos saber que tanto el Ponte de Gundián como el nuevo viaducto se encuentran íntegramente en la provincia de A Coruña, ya que este es el único territorio al sur del Ulla que pertenece a dicha provincia.